"Yo no soy un funcionario que pueda dejar mi profesión, pedir una excedencia y volver otra vez a ella. Cuando doy este paso es que mi compromiso es fuerte y total". El paso que ha dado el abogado Constantino Vaquero Pastor (Gijón, 1967) es presentarse a las primarias del PSOE para optar a la Alcaldía de la ciudad. Por las mañanas se pone la toga y por las tardes, la americana y la camisa para aportar "savia nueva" al Partido Socialista. Militó en él unos años a finales de los ochenta, pero la abogacía le absorbió. Hasta ahora, que ha decidido retomar su vocación política. El expresidente local de Cruz Roja es un hombre educado, serio en el buen sentido de la palabra, cercano, familiar -está casado y tiene una hija de 14 años- y comprometido socialmente: "A la gente a la que la vida nos ha tratado bien tenemos que devolvérselo ayudando a los que más lo necesitan". Fue jugador federado de ajedrez -"un veneno que siempre llevo dentro"-, es motero, le gusta la fotografía y la música clásica, y cuenta una "exclusiva": "practico el simracing", la simulación de carreras de coches. Y en la carrera socialista a la Alcaldía quiere llegar el primero.

- ¿Cómo es el Gijón que quiere construir a partir de 2019?

-Yo creo que Gijón es una ciudad a la que la democracia le sentó bien. Durante esos 32 años de gobiernos socialistas se consiguió hacer una ciudad amable, justa, solidaria, vertebrada territorialmente... Pero todo eso se vio interrumpido en estos siete años de gobierno de Foro. Ahora tenemos que pensar qué ciudad del siglo XXI queremos ver. El Ayuntamiento tiene que volver a ser la sala de máquinas de esta ciudad y pienso que los servicios sociales deben ser un pilar fundamental. La administración local debe educar también en igualdad para combatir la lacra de la violencia machista. Tenemos que construir una ciudad activa desde el punto de vista económico, pero también que sea respetuosa con el medioambiente y que esté culturalmente a la vanguardia. El Ayuntamiento se ha convertido ahora en un mal gestor de obras y un promotor de conciertos. La ciudad no es una suma de ocurrencias, tiene que obedecer a un plan estratégico y saber a dónde queremos llegar. Hay tantas cosas... Por no mencionar el tema de la vivienda, las infraestructuras, el problema que tenemos con la playa, el plan de vías o un plan general de ordenación que después de siete años no se ha aprobado cuando es el elemento fundamental para que Gijón ofrezca una estabilidad jurídica a los empresarios de la construcción.

- Dígame un proyecto con el que siempre soñó.

-Quiero construir unos servicios sociales sólidos, donde haya una cartera de derechos de los ciudadanos. Las administraciones no pueden hacer caridad. Con los impuestos, los ciudadanos tienen derecho a recibir unas prestaciones. Para mí este es el proyecto más urgente y seguramente el más bonito de acometer, porque ayudar a personas que lo necesitan siempre es gratificante.

- ¿Su decisión de ser candidato puede entenderse como una crítica al posicionamiento del secretario general a favor de Ana González?

-Bueno yo ya he dicho que no me gustaron cómo se hicieron las cosas, pero mi candidatura no va contra nadie. Creí que debía dar el paso porque tengo el conocimiento de esta ciudad y la experiencia suficiente para acometer este reto, que es llegar la Alcaldía de Gijón. Yo, al contrario de otros, he seguido un proceso inverso, a mi juicio más correcto, que es: milité en este partido cuando era joven, a continuación me dediqué a mi profesión durante 30 años y ahora, que creo que tengo la experiencia y la preparación necesaria, vuelvo a recuperar mi compromiso político. Pero no, mi candidatura no es una respuesta a nada ni va contra nadie.

- ¿Se ve con opciones de ganar pese a haber reunido menos avales (89) que sus dos rivales (127 cada uno)?

-Sin duda. Yo creo que el voto de los militantes es secreto, ellos votan en libertad. Además, en este partido el que todavía no haya aprendido que los militantes tienen el poder para decidir es que no ha aprendido nada. Sí, yo creo que puedo ganar este proceso y que puede haber sorpresas. Cuando he dicho alguna vez que soy un soplo de aire fresco no quiere decir que no tenga experiencia, sino que pienso que la savia nueva en las agrupaciones es importante. Los partidos no pueden estar retroalimentándose permanentemente en una suerte de endogamia con las mismas personas. Hace falta gente nueva, que tenga unos valores progresistas como los del partido pero que traiga ideas nuevas; ideas de gente de calle que no haya estado en la política y que no estén mediatizadas por ella.

- ¿Sigue en pie su oferta de llegar a un acuerdo de integración con Ana González y José Ramón Tuero?

-Cuando he hablado de acuerdo mi idea no era refundir listas ni hablar de puestos. Lo que yo quería, y esperaba, era poder reunir a todas las partes en una mesa y llegar a un candidato de consenso. Eso no fue posible ni lo será ya. Ayer (por el domingo) leí las entrevistas que publicó LA NUEVA ESPAÑA con mis compañeros y creo que por lo que dijeron ya no hay ninguna base objetiva para poder alcanzar ese acuerdo. Ahora lo que habrá es una primera vuelta de votaciones el día 21 y seguramente una segunda el 28.

- Aun así, ¿les llamará?

-Mi puerta y mi teléfono siempre están abiertos. Mi idea ya dije cuál es: sentar a todas las partes para alcanzar un consenso entre todos. Pero si no es posible, no es posible. Estamos donde estamos ahora. Si se produce, bienvenido será.

- Precisamente Ana González decía en su entrevista en este periódico no entender por qué ahora busca el acuerdo y no lo persiguió antes cuando se sumaron a su proyecto tres precandidatos.

-Es que el acuerdo, tal y como yo lo entiendo, era para que del partido saliera un solo candidato. En las reuniones que hubo y de donde salió la propuesta de Ana González el acuerdo no se planteó en esos términos. Es decir, se abordó la forma en la que se desarrollaría el proceso, poniendo unos nombres encima de la mesa y la otra parte poniendo los suyos, y a partir de ahí la propia dinámica de la negociación iba a intentar encontrar un candidato de consenso. Eso en un determinado momento se cambia y yo siempre manifesté que no estuve de acuerdo. No entiendo que de repente se impusiera a uno de los candidatos. Creo que por el bien del partido la mejor opción hubiese sido llegar a un consenso. De hecho, luego por lo que conocimos de lo que ocurrió en esas reuniones, mi nombre era el único que generaba ese consenso y, sin embargo, desde un sector no se quiso.

- ¿Le preocupa la división del partido?

-Claro que me preocupa. Evidentemente un partido dividido siempre será más débil. Espero y deseo que después de este proceso el partido pueda caminar unido hacia el proceso electoral. Pero aquí cada uno tiene que responder y ser responsable de sus actos. Y si hubo una posibilidad de consenso y no se quiso, alguien tendrá que responder de eso.

- ¿Es sanchista, javierista...?

-Yo soy socialista. A mí no me gustan las etiquetas. Creo que en este partido todos los militantes tienen un pasado y tienen una historia. Ana González estuvo de concejala con Santiago Martínez Argüelles; Iván Fernández Ardura estuvo también en la ejecutiva de Argüelles... Hay procesos electorales, se aceptan democráticamente los resultados, y a partir de ese momento todos seguimos siendo compañeros socialistas, no hay etiquetas. Aparte de que no sé quién expide esos pedigrees, porque en estos procesos mucha gente sanchista empezó siendo de Pérez Tapias, algunos por el medio votaron a Pachi López... No sé muy bien lo qué significa ni qué requisitos hay que reunir para que te den una de esas etiquetas.

- Si gana las primarias, ¿incluirá en su lista a González y a Tuero?

-Si gano, mi compromiso es que estén representadas todas las sensibilidades del partido con las mejores personas, a las que les voy a exigir responsabilidad, austeridad y cercanía a los ciudadanos. Eso me parece fundamental.

- Y si no gana, ¿seguirá en la ejecutiva local?

-Soy miembro de la ejecutiva local y creo que mi deber es seguir estando ahí, y más después de tener casi 90 avales detrás. La responsabilidad que eso me da me lleva a seguir participando en las decisiones que se tomen y dar mi visión de las cosas y la de todos esos militantes que me apoyaron.