Gijón llora la pérdida de un "excelente abogado" y un hombre "entrañable, cariñoso, sereno, alegre, socarrón y siempre dispuesto a ayudar a sus amigos". Guillermo Quirós Pintado, expresidente de la Cámara de Comercio de Gijón e impulsor de la modernización del recinto ferial Luis Adaro, falleció ayer a los 70 años tras protagonizar una larga lucha contra su enfermedad. Durante tiempo recibió diálisis, sin embargo su pérdida, ayer, fue totalmente inesperada. Llevaba una temporada "muy buena", según confiesan apenados sus allegados, y respondía al "qué tal" con su habitual humor: "entre muy bien y cojonudamente". Quirós fue vicepresidente de la Autoridad Portuaria de Gijón, secretario de los consejos de administración de Duro Felguera, del grupo El Gaitero y de Mina La Camocha, secretario de la Cocina Económica, vicepresidente de la Fundación Museo Evaristo Valle y miembro del Tribunal Económico Administrativo de la ciudad. Su funeral se oficiará mañana a la una de la tarde en San José.

Guillermo Quirós Pintado empezó su intensa vida profesional en el despacho que fundó su padre, Guillermo Quirós, en el año 1941. A partir del 2005 comenzó a colaborar con él su hijo mayor, también de nombre Guillermo, que es quien dirige en la actualidad el bufete, especializado en la asesoría de empresas y situado en la calle del Horno. Estaba casado con Carmen Llano, que regentó durante muchos años la farmacia situada en Torcuato Fernández-Miranda, y con ella tuvo cuatro hijos: además de Guillermo (abogado), Fernando (cineasta), Carmen y Rodrigo. Los dos últimos siguieron la estela farmacéutica de su madre. Quirós llegó a la Cámara de Comercio de la mano de su antecesor en la presidencia, Claudio Fernández Junquera, ya fallecido. Al frente de la corporación estuvo entre 1998 y 2006, etapa en la que trasladó la sede de la calle Instituto a la carretera de Somió y en la que construyó la nueva entrada del recinto ferial Luis Adaro así como el nuevo Pabellón Central.

Con estas palabras lamenta su pérdida el actual presidente, Félix Baragaño: "Supone en lo institucional la pérdida de una persona de hondo calado cameral y como consecuencia de ello, empresarial. En lo personal, su pérdida nos conlleva a todos los que tuvimos la oportunidad de tratarle y contar con su amistad, un profundo dolor, más aún cuando su consejo y conversación eran hasta los pasados días un recurso cercano y amable. También quiero expresar mi entrañable apoyo a su familia". Para el presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), Belarmino Feito, el fallecimiento de Quirós supone decir "adiós a una figura insigne en Gijón que marcó un antes y un después en el ámbito de las organizaciones empresariales".

Sobre su valía profesional incide también el exalcalde de Gijón, expresidente del Principado y ahora senador, Vicente Álvarez Areces: "Jugó un papel muy positivo en la vida social de la ciudad. Fue una persona muy conocida por su vocación de servicio y por una etapa muy dinámica en la Cámara de Comercio. Hicimos muchos viajes con empresarios y le recuerdo como un hombre muy cariñoso". En ello coincide el expresidente de Duro Felguera, Juan Carlos Torres, que disfrutó durante más de una década de la sonrisa amable de Quirós. "Se va un gran amigo y un excelente profesional. Lo primero que tengo que decir es que era una buena persona, y lo segundo, un buen amigo de sus amigos. Estoy muy dolido". El decano del Colegio de Abogados de Gijón, Sergio Herrero, subraya que "es una pérdida notable", pues Quirós gozaba de "prestigio tanto en el campo de la abogacía como de la sociedad gijonesa y asturiana".

Guillermo Quirós era un hombre de profundas convicciones religiosas, coleccionista de chistes y un "cocinero maravilloso", como asegura Alfonso Peláez, de la tertulia de los viernes a la cual pertenecía. "Hacía un solomillo Wellington espectacular. Contaba muchos chistes, era un cachondo", apunta. El conocido abogado era muy amigo de Francisco Álvarez-Cascos, con quien visitaba todos los años la Feria Internacional de Muestras, y estaba vinculado a Foro Asturias. De hecho, acudió hace quince días al último congreso del partido, en el que se proclamó presidenta la alcaldesa de Gijón Carmen Moriyón. "Estuvimos con él compartiendo anécdotas y tenía un aspecto físico que nada hacia presagiar este desenlace. Era amigo y compañero, una persona entrañable, cariñosa, siempre daba buenos consejos y transmitía mucha tranquilidad", expresa el forista Fernando Couto.

Pese a sus numerosos cargos de responsabilidad, el letrado gijonés también fue un hombre comprometido socialmente y culturalmente. "Se va un gran asturiano, un gran hombre y un buen amigo. Era secretario de la Cocina Económica y vocal de la residencia de ancianos La Golondrina. Siempre que hacía falta, una llamadita y ahí estaba", destaca el presidente de esta institución, Luis Torres. "Fue una persona clave, sobre todo en el ámbito jurídico, para el museo. Siguió la estela de su padre, que fue quien hizo los estatutos. Era un hombre muy alegre y positivo", rememora el director del Museo Evaristo Valle, Guillermo Basagoiti. "Era una persona muy divertida, un gran profesional y un viejo y buen amigo", confiesa el empresario José Cardín, vicepresidente del grupo El Gaitero (Valle, Ballina y Fernández), del que Quirós fue asesor jurídico.