Hace casi un año la Dirección General de Tráfico hizo pública una instrucción con la que intentó aclarar la situación de estos vehículos a los que denomina como "vehículos de movilidad personal" (VMP).

En ella, y en tanto no se elabore una normativa específica sobre las referidas máquinas, las define como "vehículos capaces de asistir al ser humano en su desplazamiento personal y que por su construcción pueden exceder las características de los ciclos y estar dotados de motor eléctrico", y los clasifica en tres tipos diferentes: A, B y C.

Dentro de los VMP de tipo A se encuentran los patinetes eléctricos pequeños, con o sin manillar, como los "hoverboards" que pueden verse en ciudades como Gijón y cuya velocidad y dirección se acciona con la inclinación del usuario. Pueden llegar a un coste de hasta 3.000 euros.

En el tipo B de los VMP encontramos patinetes más grandes y que en algunos casos ya incluyen hasta un pequeño sillín. En este supuesto están los populares "segways" que también se pudieron alquilar en Gijón y se usaban para conocer la ciudad. Ya en el último de estos tipos, el C, se subdividen en otras tres categorías, C-0. C-1 y C-2. En la primera de la subdivisiones se encuentran los patinetes eléctricos que solo pueden transportar a una persona, alcanzan los 45 km/h y pesan menos de 300 kilos. En los casos del C-1 y el C-2, estos patinetes ya pueden transportar hasta a tres personas y tienen un máximo de un metro y medio de anchura, llegando a alcanzar un máximo de 45 kilómetros por hora.