En un futuro no muy lejano se podrá lograr, gracias al uso de fármacos, un mayor alargamiento o elongación ósea de la que hoy se logra por medio de las actuales operaciones. Así lo aseguró ayer en Gijón, en el seno del VI Congreso Internacional de Acondroplasia -la forma más frecuente de enanismo-, el doctor del hospital West Palm Beach de Florida Dror Paley. El congreso, precisamente, incluyó un apartado sobre las novedades médicas en torno a un proceso complejo -por largo y doloroso, como indican los especialistas, y por afectar a pacientes muy jóvenes- como es el de las intervenciones para lograr hacer ganar centímetros a personas de talla baja.

La de Paley es una voz autorizada en el mundo de la cirugía de la elongación, con más de tres décadas de experiencia a sus espaldas y tras haber tratado a cientos de pacientes "con un resultado del 100%". Según Paley, gracias al uso de fármacos se podría llegar a lograr unos alargamientos de entre 20 y 25 centímetros pero ello no evitaría por completo la entrada en quirófano, necesaria para una elongación de tibia y fémur de otros 15 centímetros "para conseguir llegar a una estatura normal". Porque ese es precisamente el objetivo de estas intervenciones: que los pacientes con Acondroplasia puedan llegar a alcanzar una estatura normal, dentro de la media, "no para lograr que sean altos", remarcó. Paley puede lograr elongaciones de hasta 40 centímetros después de cuatro operaciones.

Para Paley, lo más importante es que "los resultados tienen que ser seguros, fiables y reproducibles", enfatizando que "no se puede hacer un tratamiento que haga perder funcionalidad. Al acabar tienen que tener tanta o más que al principio", llegando a asegurar que "no continuamos la elongación ni en un centímetro si sabemos que vamos a perder funcionalidad". De hecho, sus pacientes acaban pudiendo hacer deporte, llevando una vida normal o "incluso subiendo al Kilimanjaro", como un caso del que habló.

Y es que con estas intervenciones, Paley no busca solo hacer que los pacientes recuperen unas proporciones casi normales, sino también objetivos mucho más relacionados con su salud, como hacer desaparecer en gran medida la hiperlordosis que sufren las personas diagnosticadas de Acondroplasia -esto es, la excesiva curvatura de la columna vertebral en su base, en la zona lumbar-. Con ello se busca arreglar la posición de la pelvis y que puedan caminar más rectos.

En la actualidad, esas intervenciones se realizan, bien con fijaciones externas de los clavos introducidos en los huesos -tibia, fémur y húmero- o bien, y esta es la principal innovación en el sector, con unos clavos intramedulares que se colocan en el interior del hueso, sin necesidad de las fijaciones externas, siendo mucho más seguro y, sobre todo, menos traumático para los pacientes, que sufren menos dolor y menos secuelas en forma de cicatriz.

Otro de los expertos de la jornada de ayer, el doctor Felipe Luna del hospital Virgen de la Victoria de Málaga quiso incidir en la necesidad de tener una gran madurez psicológica antes de acometer estas operaciones, tanto por parte del paciente como de sus progenitores. "Es un proceso largo y doloroso, y hay que estar muy bien preparados", aseveró. Son procedimientos que duran de los 11 a los 14 años aproximadamente, con tres operaciones importantes y, habitualmente, otras accesorias. No obstante, el nivel de satisfacción de quienes pasaron por el procedimiento es alto.