El debate sobre el uso en espacios públicos de los patinetes eléctricos ha llegado a los profesionales del sector. En Gijón existen varias tiendas que ofrecen este tipo de vehículos de movilidad personal, como los define la Dirección General de Tráfico. Entre quienes se dedican a asesorar sobre este tipo de patinetes también existe cierta incertidumbre a la hora de resolver con certeza los problemas a los que se enfrentan. "No creo que los haya que prohibir. Estamos ante un sistema de desplazamiento urbano ecológico y debemos avanzar hacia ello", explica Emilio de Lera, quien regenta una tienda en la calle San Bernardo, en el centro de Gijón. Entre quienes se deciden a utilizar este tipo de vehículos se encuentran no solo jóvenes, de hecho el perfil, según De Lera, es el de una persona de entre 30 y 50 años que quiere desplazarse rápida y económicamente. "Tengo un cliente que nos ha encargado que le busquemos un patinete eléctrico un tanto especial, cómodo y que le permita acudir a la Cruz Roja para recibir su tratamiento de diálisis", explica De Lera.

Para quienes usan este tipo de vehículos Gijón es una ciudad muy favorable, casi sin cuestas y que gracias a esto las baterías de los patinetes eléctricos duran más y se estropean menos. Tony García es un profesor del colegio Público de Roces que usa su patinete a diario para ir al trabajo, "es lo más cómodo que he encontrado y además es una forma de transporte moderna e ideal para una ciudad como la nuestra", explica. En lo que coinciden García y De Lera es en la reglamentación, ambos están de acuerdo en que se regule de algún tipo y proponen incluso alguna medida de seguridad. "¿Por qué no llevar algo de protección, como un casco? Tendría que ser algo que saliera además del propio usuario, incluso si se aprueba y hay que tener un seguro puede ser algo que te haga dormir tranquilo por las noches", asegura De Lera.

Al debate también han entrado grupos políticos con representación municipal, como Ciudadanos. Su portavoz exigió al gobierno de Foro tramitar la nueva ordenanza de "Movilidad Sostenible y Segura", que sustituiría a otra de 2002 "que se ha quedado obsoleta para dar respuesta a las nuevas demandas y necesidades en materia de movilidad". Uno de los ejemplos es el hecho de tener en la indefinición y el vacío legal los vehículos de movilidad personal "que están proliferando en la ciudad". En opinión de José Carlos Fernández Sarasola, el consistorio tiene que aprobar la tramitación antes de que finalice el año ya que de no ser así no dará tiempo a que sea efectiva antes de que termine el actual mandato del gobierno de Moriyón.