La décima edición de "Gijón de Sidra" no quiere desmerecer a sus antecesoras y comenzó con muy buen pie. El objetivo está marcado: superar las 100.000 botellas del caldo patrio vendidas el pasado año. Y, por el momento, se va por el buen camino.

Los hosteleros de la ciudad adheridos al evento (45 sidrerías en total y alrededor de 40 llagares de Gijón y otros concejos) se muestran "muy satisfechos" con el inicio del certamen.

"En apenas dos días, jueves y viernes, hemos vendido más de 70 cajas de sidra", comentaban ayer en la sidrería Begoña, "hay gentuca, están saliendo muchas cazuelinas y se está bebiendo bastante sidra".

Una tónica que se replica en todo Gijón, merced a un puente de la Hispanidad que vino acompañado de muchos turistas y buen tiempo, "que también ayuda al consumo de sidra".

En la céntrica sidrería Rubiera aportan otra clave de esta edición: la presencia de un día más, el pasado jueves, previa de festivo. "Notamos muchísima gente el jueves, la gente se animó al ser festivo el día siguiente", aseguraba Julio Pérez, camarero del establecimiento. Una racha que continuó el viernes y ayer, "como suele ser habitual los fines de semana".

El certamen continuará hasta el próximo día 21, con lo que estas cifras no van a dejar de subir. Eso sí, el "Sidrobús", el transporte oficial del evento, se aparca hasta el próximo viernes y sábado, donde dará sus últimos servicios. Para amenizar la espera, más de 70 palos de sidra esperan en las barras gijonesas.