El decreto de demoras sanitarias ha creado expectativas en la población asturiana que puede volverse en contra de los gestores si no se demuestra como un instrumento eficaz y capaz de resolver la demanda existente. María -nombre ficticio- es una gijonesa a la que actual demora sanitaria tiene echando pestes, compartidas con su marido. Cuatro días después de sufrir una caída en casa, y visto que el dolor de hombro que sufría no tenía trazas de menguar, pidió cita en el médico de cabecera. Que le dijo que necesitaba hacerse unas radiografías para concretar qué podía estar pasando. Se las hicieron muy rápido en el centro Puerta la Villa y volvió al médico de cabecera que, a la vista de la prueba, resolvió que un especialista debía ver a la paciente para dar tratamiento ante lo que parecía una rotura parcial del supraespinoso. La cita que le dieron este mes la emplaza a esperar hasta el 13 de marzo para ver al médico traumatólogo.

María lleva el brazo en cabestrillo y tiene medicación para controlar el dolor que sufre, que no es pequeño. También teme la invalidez que le pueda quedar -así se lo han dicho expertos- si pasa demasiado tiempo sin que se resuelva su lesión. "Si hubiera ido por urgencias, igual ya estaba resuelto. Pero quise seguir los trámites correctos y así me ha lucido el pelo", cree.

Su cita para la consulta especializada es bastante más tarde de los dos meses para primera cita que reseña el decreto de demoras. Por eso tanto la paciente como su marido están igual de indignados "por las falsas expectativas que crean los políticos. Salen diciendo falsedades a sabiendas. Porque a partir de noviembre ¿qué piensan hacer con todos los que estamos esperando una consulta, y los que la pedirán a partir de entonces?". María tiene claro que no va a esperar tanto tiempo por una revisión. "Es lo que acaba pasando, que los que podemos nos vamos a las consultas privadas. Pero ¿y quien no puede?", se pregunta la paciente. De sus quejas excluye al personal médico porque "una vez que llegas ante ellos todo es excelente. Tenemos unos profesionales magníficos. Pero el problema es llegar pronto o llegar tarde a esas consultas".

Esas son las falsas expectativas que enfadan a este matrimonio de jubilados gijoneses. "Si no ponen más dinero o más recursos, la sanidad seguirá atascada, como está ahora", sostienen.