Cimadevilla es el barrio desde el que la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente (Emulsa) viene recibiendo más avisos sobre la presencia de ratas en las calles. Pero la proliferación de roedores no es un mal único del barrio alto. Las denuncias se extienden a toda la ciudad. Desde espacios tan céntricos como Begoña o tan singulares como el paseo del Muro a la zona rural pasando por calles de Pumarín, Nuevo Gijón, La Tejerona o La Arena. Algunas de estas referencias se citan en el informe elaborado desde Emulsa a partir de una denuncia del PP tramitada en comisión de Medio Ambiente hace unas semanas.
En ese informe Emulsa enumera algunas causas que justifican la proliferación de ratas. Y entre ellas se hace especial hincapié al rendimiento que los roedores sacan de la comida, la bebida y las construcciones que algunos vecinos hacen en favor de los gatos callejeros y de las palomas. Se dice desde Emulsa que "frente a estos manjares" los roedores desprecian los cebos con biocidas que se les colocan para acabar con ellos. Hay sitios donde gatos y ratas conviven y otros donde las ratas se han hecho fuertes y han desplazado a los gatos. Por eso, Emulsa sugiere que desde la Policía Local "o el departamento correspondiente" se persigan las prácticas de alimentación a animales en la vía pública.
También se pide en ese mismo informe el control de "actuaciones incívicas por parte de algunos hosteleros y en locales en presunto estado de abandono". Y es que otra de las causas que favorecen la proliferación de las ratas son los restos de suciedad y alimentos que quedan en las terrazas tras el cierre nocturno de los locales. Entre los motivos principales están también la situación de abandono de solares y locales de propiedad privada y la realización de obras que generan que las ratas, al ver invadido su hábitat natural, salgan a la vía pública.
