Un matrimonio cántabro estafado por un prestamista en Gijón eludió ayer por tercera vez y por razones humanitaras el desahucio que pesaba sobre ellos, tras firmar sin saberlo un contrato de retroventa con un prestamista gijonés.

Los hechos se remontan a 2012, cuando el matrimonio viajó a Gijón para solicitar un dinero a un prestamista para hacer frente al pago de una hipoteca que solicitaron con el fin de adaptar la vivienda a uno de sus dos hijos, que era discapacitado y ya ha fallecido.

Para ello, firmaron "sin saberlo" un contrato de retroventa de la vivienda, siendo "imposible" abonar las cuotas de pago porque intentaron contactar "sin éxito" en varias ocasiones con el prestamista. Recibieron la cantidad de 16.000 euros, pero no sabían que a cambio habían "vendido" su vivienda a un tercero, testaferro del prestamista gijonés. "Mis padres fueron a una notaría creyendo que firmaban un préstamo privado y en realidad estaban acordando una compraventa de la vivienda por un precio ridículo comparado con su valor", explicaba ayer uno de sus hijos.

Al cabo de una año el matrimonio recibió la demanda de una tercera persona a la que, al parecer, el prestamista había vendido la vivienda y que les solicitaba además de dejar la vivienda, "más de 40.000 euros", cantidad resultante tras sumar los 16.000 euros solicitados por el matrimonio más los intereses.

El desahucio se intentó en tres ocasiones, pero en todas fue paralizado en razón de la delicada situación de salud del matrimonio. Ahora, además, se suma el hecho de que el Juzgado Primera Instancia de Gijón ha adoptado medidas cautelares, tras una denuncia presentada hace unas dos semanas, para determinar la validez del contrato de retroventa que firmaron con el prestamista.

"No es una situación hipotecaria con un banco, sino que se trata de una compleja trama que ha dejado una docena de casos por el norte de España", afirma por su parte el portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca en Cantabria, Óscar Manteca.