El sexto implicado en la "operación TortellinI" -investigación de la Guardia Civil que permitió condenar a cinco personas por tráfico de drogas en Gijón a 36 años de cárcel- a 36 años de cárcel se declaró inocente esta mañana del delito contra la salud pública por el que afronta siete años de cárcel y el pago de una multa de 500.000 euros. "No les conozco, no me suenan esos nombres", explicó el acusado, Alejandro N. F., cuando la fiscal le preguntó si en alguna ocasión se había reunido con las cinco personas ya condenadas hace un año. En cambio, los informes de la Guardia Civil, imágenes incluidas, constatan esos encuentros tal y como recordaron esta mañana los agentes.

El procesado, vecino de Guadalajara, justificó que condujera el vehículo que portaba hasta cinco kilos de cocaína -un Seat Ibiza- porque un amigo suyo, también investigado por tráfico de drogas, quería probarlo para ver si al final lo compraba y, como tenía retirado el permiso de conducir, le pidió a Alejandro N. F. que lo hiciera por él. "No sabía que había droga en el coche, de haberlo sabido...", justificó ante el tribunal de la sección octava de la Audiencia Provincial. El joven, que se confesó adicto al consumo de sustancias estupefacientes como cannabis y cocaína "a diario", respondió en muchas ocasiones con un "no me acuerdo" a las preguntas del ministerio fiscal.

Tras el testimonio del acusado, ofrecieron su versión los agentes de la Guardia Civil que participaron en la exhaustiva investigación desplegada para desarticular a este grupo de traficantes que adquiría la droga en Madrid para su posterior distribución y venta en Gijón. Todos se ratificaron en los informes incorporados a la causa y aseguraron la implicación de Alejandro N. F. en la trama. De hecho, la fiscalía considera que él era el encargado de adquirir las sustancias estupefacientes en la Comunidad de Madrid mientras que sus compinches la traían en coche hasta Gijón para su posterior venta. Así las cosas, y dentro de una exhaustiva investigación de la Benemérita- se hizo una labor de seguimiento de los sospechosos el 23 de junio de 2016. El acusado acudió a un camping en Santa Marta (Valladolid) y se encontró allí con dos de los individuos ya condenados en esta operación. Ellos le entregaron un "Seat Ibiza" que el procesado llevó hasta su domicilio, entonces en Guadalajara y luego lo trasladó hasta Alcalá de Henares para adquirir la droga.

Finalmente, en una gaoslinera de Madrid, le entregó el "Seat Ibiza" a otros dos miembros de la banda, que fueron detenidos al pasar el peaje del Huerna con los cinco kilos de cocaína en el interior del coche. Ambos fueron condenados a siete años de cárcel.