Se droga a diario, pero no trafica. Esta fue la conclusión de la declaración ofrecida por el joven Alejandro N. F., de 24 años, ante el delito contra la salud pública del que se le acusa y por el que la fiscalía exige una condena de siete años de cárcel y el pago de 400.000 euros. "No me acuerdo" fue su expresión más repetida, ni siquiera conocía a los otros cinco de esta red de tráfico de drogas que operaba en Gijón -desarticulada en 2016 por la Guardia Civil en el marco de la "operación Tortellini"- y que fueron condenados el año pasado a 36 años de cárcel. "No les conozco, no me suenan esos nombres", respondió a la fiscal pese a los informes y vídeos aportados por los investigadores en los que se le ve participar en varias reuniones.

Este joven está acusado de ser el encargado de adquirir la droga en Madrid -cinco kilos de cocaína- e introducirlo en un "Seat Ibiza" que previamente le habían dejado dos de los compinches ya condenados. En todas sus acciones, relató, estaba con un amigo suyo. "Me pidió que le acompañara a probar un coche (el Seat Ibiza) para ver si lo compraba, si llego a saber que tenía droga dentro...", explicó, al tiempo que por ese servicio, reconoció, le pagaba con sustancias estupefacientes.

El joven, que está en libertad provisional, mantuvo su inocencia y su defensa pidió la libre absolución. "No había huellas de mi cliente en los paquetes de droga incautados", argumentó. No obstante, todos los agentes de la Guardia Civil, que realizaron una exhaustiva investigación y seguimiento de todo el grupo, confirmaron que Alejandro N. F. participaba de forma activa con el resto del grupo, que actualmente está en prisión.