Un escenario tan imponente como el del Cerro, la atalaya en la que el gran artista Eduardo Chillida (1924-2002) decidió hace veintiocho levantar su "Elogio del horizonte", permitió ayer subrayar aún más las consistencias y belleza de un espectáculo como "Oskara", que el grupo vasco Kukai Dantza Taldea bailó y cantó entre los brazos de la gran pieza de hormigón, bajo las otoñales luces gijonesas y ante la azul lámina cantábrica, junto a las gaviotas.

"Oskara", que aduna las tradiciones vascas con propuestas de vanguardia, sirvió como homenaje a Chillida, uno de los creadores centrales de la escultura española del siglo XX. Y como lucido preámbulo a la jornada de InnovaConcrete, que acoge hoy la Antigua Escuela de Comercio. Noventa personas (docentes, técnicos, estudiantes...(que analizarán la obra del artista vasco en el contexto del patrimonio artístico y escultórico de hormigón. El "Elogio", que se ha convertido en un icono gijonés, es una de las siete piezas elegidas en Europa para su análisis.

"Yo la veo estupenda, salvo pequeñas cositas causadas por el paso del tiempo, que deja su mella", señaló Luis Chillida, hijo del autor del "Elogio". Y más: "La obra sólo necesita mantenimiento, más que una restauración". Lorenzo Fernández-Ordóñez, que dirigió las catas que se verificaron el pasado mayo en la obra, adelantará hoy algunas de las conclusiones sobre esos trabajos. El nieto del escultor, Mikel Chillida, declaró a este diario el pasado día 12: "El 'Elogio' tiene heridas por fuera, pero está mejor que nunca".

El espectáculo "Oskara", que ha dado a Kukai Dantza Taldea tres premios "Max" (los galardones de referencia de las artes escénicas españolas), no defraudó al público que se reunió al pie del "Elogio". "Nuestro trabajo y el de Chillida están unidos; nos identificamos con una frase suya en la que comparaba sus obras con raíces que llegan hasta las ramas", explicó Jon Maya, el bailarín y coreógrafo que lidera la compañía vasca. Una inmersión en las tradiciones para que esquejen en nuevas formas y contenidos.

La pieza, que concluye con un danzante desnudo frente al mar y el horizonte, ofrece momentos de gran emoción visual y sonora. Thierry Biscar cantó en directo hermosas canciones en eusquera, con fragmentos en los que se habla de aves y de vuelos. "Oskara", que ya se vio en una pasada edición de Danza Xixón, obtiene calidades especiales cuando se ejecuta bajo el "Elogio del horizonte".

Lo dijo Luis Chillida al término del espectáculo, que duró tres cuartos de hora: "Ha sido una maravilla. Creo que mi padre, allí donde está, habrá disfrutado mucho con la pieza". El artista veía en el horizonte la patria común.