El teatro de la Laboral estaba ayer prácticamente lleno. La noche era desapacible al fresco pero prometía ser muy cálida de puertas adentro. La cita con el "Dúo Dinámico", con Manuel de la Calva y Ramón Arcusa, o Ramón Arcusa y Manuel de la Calva -que tanto monta, monta tanto- es una cita segura con la nostalgia, los mejores ritmos de la vida y de la memoria. Y nadie falló. Ni el público, que desde la primera ovación con la entrada del dúo en escena mostró la complicidad que requieren este tipo de citas, ni los artistas. Casi dos horas de espectáculo y generosidad total hasta en los bises: para quitarse el sombrero.

Habían prometido en la entrevista concedida a LA NUEVA ESPAÑA que para su gira de celebración del medio siglo de intensa historia sobre los escenarios llevaban un espectáculo "divertido, muy bien pensado y preparado para que la gente se lo pase bien". Y cumplieron con creces. Porque más de una veintena de míticas canciones y, sobre todo, hora y tres cuartos de demostración de buena voz y estilo con toques de humor, son ingredientes de éxito. Y todo eso se aplaudió ayer en Gijón.

"Resistiré" fue el himno generacional con el que la pareja abrió el espectáculo. Y tenía su miga para un dúo musical formado por Manuel de la Calva (febrero de 1937) y Ramón (diciembre de 1936) que demuestra tener cuerda para rato y buena preparación. "El final del verano", otro clásico, siguió en el repertorio. Y tras las dos canciones llegó el obligado saludo al público en el que los "dinámicos" se reconocieron "encantados" con estar en Asturias, en la Laboral, en Gijón. "Estuvimos hace ocho años en este mismo espacio", recordaron, al tiempo que pidieron que "no tardéis tanto en volver a traernos".

"Quince años tiene mi amor", "Esos ojitos negros" y temas de guateque como "La plaga" se iban sucediendo y en todos Manuel de la Calva y Ramón Arcusa evidenciaban que se puede sonar muy bien aunque ya no se tenga una voz juvenil. Una banda con teclados, saxo, flauta y la guitarra de Ramón Arcusa enmarcaban con éxito a los protagonistas.

Y si su música era aplaudida, también lo eran sus diálogos, como el relato en el que reconocían que Gijón ha sido en su historia musical un "talismán", ya que en la ciudad se forjó uno de sus primeros contratos: el que les llevó actuar en el Parque del Piles.

Un videoclip titulado "Que nos quiten lo bailao" sirvió de recurso para coger aire y enfocar otra hora de concierto llena de canciones míticas: "La, la, la", "Soy un truhán", "Oh Carol", "Mari Carmen", "Quisiera ser"... hasta "El final del verano". Entonces ya todo el teatro estaba en pie, cogido de las manos. Con los bises volvió "Resistiré", que es lo que hace el "Dúo Dinámico" y les va de cine.