Ana González Rodríguez supo el domingo que había ganado las primarias socialistas por un mensaje de Whatsapp. "La modernidad de ahora", apunta entre risas. En una cafetería de la calle San Bernardo, catorce horas después de haber sido elegida candidata a la Alcaldía de Gijón, ya más sosegada, la exconsejera de Educación confiesa que vivió con "muchísima intensidad y nerviosismo" el vibrante recuento de 839 votos que culminó con su victoria. Tan sólo 19 apoyos le separaron del otro aspirante, el director general de Deporte José Ramón Tuero. "Estaba en una sala del primer piso de la Casa del Pueblo; cuando supimos que teníamos más votos hubo un grito unánime", cuenta. De todas las felicitaciones recibidas, que fueron muchas, esta profesora de instituto se queda, "aunque suene tópico", con las de sus hijos: Juan (24 años) y Sara (20), que trabajan y estudian en el extranjero. "Ellos preferían que me dedicase a otra cosa, lógicamente esto nos cambia la vida a los tres". Pero González no tiene dudas de su vocación política: "¿Puede haber algo mejor que tener la posibilidad de ser alcaldesa y ser responsable de la mejora continua de una ciudad? A mí me parece lo más".
- Sólo hubo 19 votos de diferencia, ¿esperaba un resultado tan apretado?
-Sabía que esta segunda vuelta no iba a ser igual que la primera (ganó por 100 votos). Y sabía que el equipo de Tuero tenía que apretar si quería ganar. Tenían que hacer un esfuerzo extra y así lo hicieron; hay que felicitarles por ello. También pensaba que en esta segunda vuelta, que ya era la última, podía haber una movilización de interés general en la militancia. Y eso fue lo que pasó. Creo que es muy bueno que haya subido la participación al 70%.
- Tras las votaciones, Tuero escribió en las redes sociales que esperaba que la dirección local y regional tomasen nota del resultado, el cual demuestra que hay dos visiones diferentes en el PSOE gijonés.
-Hay un punto que no es que no lo entienda... pero, ¿dos visiones del PSOE? Mira, cuando hicimos el debate una de las cosas que comentó "Mon" (Tuero) fue: "Bueno, pensamos lo mismo". No puede haber dos visiones distintas del PSOE si nuestro proyecto sobre Gijón es bastante común. Sin duda alguna, lo que ha habido es una polarización en torno a dos personas diferentes. Y lo que hay que hacer ahora es tener en cuenta que ya hay una candidata y que todo el partido nos tenemos que unir para trabajar por nuestro objetivo, que es reconquistar el Ayuntamiento .
- ¿Eso quiere decir que Tuero y sus afines tendrán un sitio en la lista municipal?
-Yo no sé quiénes estarán en la lista, es un poco precipitado hablar de ello. El calendario, si no me equivoco, es enero o febrero. Lo que sí sé es que somos 1.230 militantes y esas 1.230 personas pueden estar en la lista. ¿Cómo va a haber algún tipo de veto si para construir se necesita la unión?
- Eran amigos y las primarias les han separado. A partir de ahora, ¿cómo será su relación con Tuero?
-Lo dije en mi primera entrevista: estas primarias no me van a separar de Tuero. Yo fui la Consejera que lo propuso director general de Deporte; creo que eso lo indica todo. Es más, cuando le propuse, no éramos amigos, lo fuimos luego. Estoy convencida de que "Mon" y yo retomaremos nuestra amistad, que era muy sincera.
- Habla siempre positivamente de las primarias, ¿no cree que por otra parte alimenta el enfrentamiento?
-Yo pienso que es una cuestión de lenguaje. He intentado a lo largo de todo este proceso no utilizar términos de confrontación. Es verdad que es difícil que se interpreten así las cosas, pero hay que cambiar. Esto es como cuando tienes que hacer un trabajo en equipo en el instituto y hay que decidir quién hace los dibujos. Cuando empecemos a entender eso, igual veremos menos tensiones en estos procesos. Yo no me he sentido presionada en ningún momento.
- ¿Qué es lo primero que hará esta semana?
-Reunirme con el portavoz del grupo municipal y el resto de concejales. Primero, porque quiero conocer el trabajo de nuestro partido en el Ayuntamiento. Y segundo, porque es mi primera fuente de información.
- Precisamente el portavoz municipal, José María Pérez, "Josechu", ha anunciado que deja la política...
-Yo valoro mucho políticamente a Josechu. De hecho, yo lo apoyé en las primarias para ser cabeza de lista a la Alcaldía. Y si le apoyé, es porque le valoro. Creo que Josechu es una persona con mucho sentido común, con una gran responsabilidad política y personal, y ahora sólo cabe respetar su decisión.
- ¿Tiene pensado establecer algún tipo de contacto con Podemos e IU antes de las elecciones municipales?
-Ahora mismo no, los planes inmediatos son trabajar en el programa electoral. Ya hay grupos funcionando en la Casa del Pueblo, pero también tenemos que hablar con el movimiento asociativo para que nos ayuden en el diagnóstico y, en base a ello, hacer propuestas que cubran sus necesidades. El objetivo es concurrir a las elecciones con el mejor programa posible y, a partir de ahí, ya se verán los resultados y las negociaciones que habrá que establecer. Seguro que habrá que negociar, no podemos irnos a tiempos pasados. Estamos donde estamos y la política se caracteriza por un fraccionamiento. Lo lógico es llegar a acuerdos y que el objetivo de que gobierne la izquierda en Gijón sea común.
- ¿Ve posible una negociación con Podemos teniendo en cuenta que los acercamientos en este mandato fracasaron?
-Lo que creo es que cada nuevo mandato es un nuevo momento. Y el pasado no puede alterar el presente. El pasado sirve para aprender a no volver a cometer los mismos errores. Espero que todos hayamos aprendido la lección. O la izquierda se une o la derecha gobernará. Es así de simple, porque es lo que está pasando en este mandato. Y creo que no podemos hacer responsable de ello al PSOE. Intentó un pacto por activa y por pasiva y en el próximo mandato volveremos a intentarlo por activa y por pasiva. Todos nuestros esfuerzos para pactar. No creo que ningún votante de izquierdas quiere que gobierne Foro.
- Su lema de campaña ha sido "reiniciar Gijón". ¿Por dónde empezará la reconquista socialista de la ciudad?
-Gijón está paralizado en todos los ámbitos. Hay algunos muy estratégicos, porque además fueron profundamente característicos de aquello que se llamó "modelo Gijón". Uno es el propio funcionamiento del Ayuntamiento, que también está paralizado. Nos encontramos con un consistorio donde no hay rumbo, donde no hay dirección política y casi ni presencia de las personas que tienen que liderar los proyectos. Otro desmán son los servicios sociales. Nos hemos convertido en un mero servicio de ayudas finalistas. Si servicios sociales trabaja con personas vulnerables, nuestro trabajo debe ser que dejen de serlo. No podemos cronificar la vulnerabilidad. Y otro eje de inicio es que nuestros vecinos sientan el pulso del Ayuntamiento en el mantenimiento y el cuidado de Gijón. Pasees por donde pasees ahora, es evidente la desidia. Tenemos que recobrar la dignidad de nuestra ciudad.
- ¿Cómo aplicaría su lucha feminista en la política local?
-Hacer política desde una perspectiva de igualdad es ser consciente de que en Gijón vivimos mujeres y hombres. Partimos de puntos distintos, tenemos intereses, anhelos y necesidades distintas, pero ambos deben estar contemplados en todas las políticas.
- Dígame alguna medida concreta.
-En todo la habrá: en empleo, en servicios sociales... Creo que hay que potenciar el consejo local de las mujeres, acabar de hacer la casa de encuentros... Pero esas son medidas simbólicas, pienso que es el momento de que todas nuestras políticas estén impregnadas de la perspectiva de género. Es decir, que no haya política que no contribuya a la igualdad.
- ¿Cómo valora las obras eternas del plan de vías y de la depuradora del este?
-Efectivamente son eternas y tienen que dejar de serlo. Porque además condiciona mucho el planteamiento urbanístico de Gijón, que es muy importante desde una perspectiva económica y también social y de articulación de ciudad. No podemos acabar el siguiente mandato con estas grandes infraestructuras pendientes. Es una cuestión de sentido común, de lógica, de necesidad e, incluso, diría que de deuda.
- Una de las mayores preocupaciones vecinales es la contaminación.
-Es una realidad que tenemos problemas medioambientales en Gijón con el aire y con el agua. No tienen fácil solución pero eso no implica que no haya que tomar medidas. Hemos generado ciudades para los coches en lugar de para los peatones. Por lo tanto, para empezar a mejorar nuestro aire tenemos que hablar de movilidad, y dentro de ello, de un uso más restringido del coche. También tenemos un problema industrial y ahí habrá que trabajar con las dos administraciones competentes para que haya un gran rigor en el cumplimiento de las normas. Estamos hablando mucho de cambio de modelos energéticos, pero también hay que ser conscientes de que ello necesita una planificación. No podemos prescindir de aquello que nos da trabajo. En definitiva, hay que meterse con el medioambiente y además sin ponernos máscaras: "No, hoy no hubo picos". Hoy no, pero mañana sí y anteayer también.
- ¿Habría que hacer algún cambio en la estructura municipal de empresas?
-Gijón tiene empresas municipales muy importantes, que además prestan servicios básicos. No hay que cambiarlas, sin embargo, sí mejorar su gestión. Y algunas de ellas, me atrevería a decir que darles un impulso más social, ligado por ejemplo a la movilidad. ¿Qué problema habría en aumentar la edad de gratuidad para el uso del transporte público? Lo tenemos hasta los 13 años, ¿por qué no más? Y estoy pensando en el conglomerado de Divertia, que eso no tiene ningún sentido. Esa especie de Frankenstein que en teoría era para la cultura pero que se ha convertido en ocio consumista, en donde se meten cosas demasiado diversas. No es un modelo a mantener ni a seguir. Sólo destacar que ésa empresa la creó Foro.
- ¿Cómo será su relación con el movimiento asociativo de la ciudad?
-Yo creo que la palabra clave para tener éxito en el Ayuntamiento es trabajar con las personas a través de sus organizaciones. Tenemos que reactivar esa interlocución con los movimientos asociativos. Y reactivar significa escuchar así como proponerles y contrastar con ellos nuestras ideas. La participación enriquece siempre. Éste es uno de los retos que tenemos por delante.
