El alcoholismo y en general todos los trastornos de adicciones se siguen viendo como un estigma en la sociedad aún cuando hace décadas que estos trastornos se consideran enfermedades. Y no sólo lo sufren las personas que beben; también sus familias. Para ayudarse mutuamente se creó hace 55 años el grupo de familias Al-Anon, que ayer celebró un acto en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón para lanzar un mensaje de esperanza.

"Porque de esto se sale, es posible convivir con el alcoholismo en la familia en paz y en armonía, y para ello es fundamental entender que se trata de una enfermedad", explicó en el acto una de las familiares asistentes. "A las familias nos da vergüenza pedir ayuda, es algo que cuesta contar y Al-Anon nos da esa oportunidad, la de contar lo que nos pasa y nos preocupa sin que nadie nos juzgue ni nos pregunte quiénes somos", razonó.

Para otra de las familiares que intervino en el acto es "fundamental contar con una red de apoyo; cuando llegué estaba desesperada pero ahora he comprendido que se trata de una enfermedad, la persona que bebe no lo hace para fastidiar", subrayó. Y gracias al grupo de familias, "me he separado del alcohol, no de la persona; comprendo mejor a la otra parte y le quiero más incluso, aprendí a quererlo y no a odiarlo", sentenció.

En el acto, además de los testimonios familiares, intervino la psiquiatra y presidenta de Socidrogalcohol en Asturias, María Jesús Antuña, quien llamó también a acabar con el estigma. En su intervención además habló de la relación de las mujeres con el alcohol, que presenta ciertas peculiaridades. "En la mujer madura lo habitual es que se trate de un consumo en solitario, no de bares o en fiestas, en muchas ocasiones revestido de problemas psicológicos, como la depresión, ansiedad, alteraciones de la conducta alimentaria", razonó Antuña, antes de recordar que "a la misma cantidad de alcohol, a las mujeres les hace el doble de efecto que a los hombres".

En el caso de las mujeres jóvenes "ha aumentado un poco el consumo, y va más asociado a la fiesta, a salir", indicó la psiquiatra, que recalcó cómo "la persona con una conducta adictiva es vista por la sociedad como alguien vicioso que ha elegido ponerse enfermo; pocos entienden en la sociedad la dimensión integral de la enfermedad, la presencia de problemas biológicos, psicológicos y sociales". Por eso, llamó a acabar con el rechazo social que sufren estas personas y sus familias, especialmente entre las mujeres que acaban ocultando su condición de alcohólicas por vergüenza.

En el mismo sentido se manifestó la concejala de Bienestar Social del ayuntamiento de Gijón, Eva Illán, quien ensalzó la labor de apoyo que presta Al-Anon en el ámbito familiar, el menos visible en un problema que afecta cada año a aproximadamente 200.000 personas, y que causa entre 20.000 y 25.000 muertes al año en nuestro país.