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Nuria García: "Las lamparitas son malas para el miedo a la oscuridad, hacen que el niño esté más alerta "

"Es importante afrontar las fobias de pequeños; hay estudios que dicen que muchos adultos insomnes tuvieron miedos infantiles a la noche", asegura la psicóloga, especialista en miedos infantiles

Nuria García, ayer, en su consulta. ÁNGEL GONZÁLEZ

Anoche fue la cita terrorífica de Halloween, y en medio de la diversión se plantea un problema que sufren muchas familias: el miedo de los niños a la noche y a la oscuridad. Una fobia que se puede curar y para la que una implicación equilibrada de los progenitores es fundamental. Así lo indica la psicóloga gijonesa Nuria García, especializada en abordar estos asuntos con dos claves: la diversión y la empatía.

- ¿Por qué los niños tienen miedo a la oscuridad?

-El miedo a la oscuridad es un miedo pasajero, evolutivo. Desde los tres hasta los nueve años uno es más vulnerable de poder tener ese miedo, lo que no significa que todos pasemos por él. Yo por ejemplo lo desarrollé hacia los perros, algo también muy típico de determinadas edades. Hay ciertos momentos en los que es más fácil tener esos miedos, y si los superas, ya está; no hace falta acudir a un experto si al final los padres consiguen manejarlo bien y enfrentarse a él.

- Pero hay casos en los que el miedo no se supera...

-Exacto, por lo que sea al final no se supera y acaba ocasionando que de mayor sigas teniendo muchos miedos. Pero eso no significa que no se pueda superar; hay que ir poco a poco.

- ¿Cómo se consigue?

-Hay dos formas: una en forma de plan de choque que parece que a la gente le encanta, encerrarte con tu miedo y o te hace más fuerte o definitivamente te crea más miedo, y una segunda fórmula, que es la que yo prefiero, que es ir paso a paso superando el reto y los miedos, y no dejándolo correr como si no fuera nada. Una de las cosas que ahora hace todo el mundo y que está muy de moda es poner lamparitas quitamiedos.

- ¿Eso sirve para algo?

-No, al revés. Hace que la oscuridad todavía dé más miedo, porque lo que hacemos de este modo es asociar que en la oscuridad pasan cosas malas y a la luz del día no, y por eso protegemos a los niños con esa luz aunque sea pequeña. Los niños que tienen miedo a la oscuridad no son capaces de tener la persiana bajada a oscuras completamente porque piensan que les va a pasar algo malo. Por ejemplo los más pequeños temen que venga un monstruo, un vampiro... los más mayores ya no piensan eso, pero mantienen el temor a que les rapten, a que venga un ladrón, porque es en la oscuridad cuando vienen, cuando tú estás desprotegido porque estás durmiendo. Por eso piensan que tienen que estar alerta para que no les pase nada.

- ¿Asociar la oscuridad a que pasen cosas malas es una cuestión cultural, de educación?

-Es así, las historias de miedo en su mayor parte se desarrollan de noche, así nos lo han inculcado, aunque eso lleva a error. A la consulta vienen chicos ya mayores con temor a ser secuestrados, y muchos de los casos de secuestro han tenido lugar a la luz del día, pero es algo que tradicionalmente asociamos a la oscuridad y a la noche. Por eso al poner la luz a los niños los ayudamos entre comillas y a la vez no los ayudamos, porque están más vigilantes todavía; piensan que los padres saben que la oscuridad da miedo y por eso hay que ponerle un remedio. Lo que podemos conseguir con las lamparitas es que los niños se obsesionen aún más con que algo malo va a pasar.

- ¿Cómo podemos ayudarles de forma efectiva?

-Yo siempre enfoco las actuaciones desde la parte del humor y la diversión: ir acercando a los niños juegos y actividades divertidas que ocurren en la oscuridad, como las sombras chinescas, para que se den cuenta de que no pasa nada malo sino que sea algo divertido, no hay que temerla.

- ¿Da buen resultado?

-Sí, lo vemos incluso en niños de doce años que no eran capaces de ir a un campamento y van superando ese miedo. No podemos olvidar que la reacción de los padres es muy importante, el hecho de protegerles influye mucho en el proceso.

- ¿Puede ser la noche de Halloween tan de moda entre los niños un buen aliado para superar el miedo?

-Exactamente, porque podemos enfocarla pensando que es una noche terroríficamente divertida, haciendo que lo pasen bien, y así cuando tengan miedo por la noche podamos decirles que en Halloweeen se lo pasaron muy bien, y por lo tanto no hay que tener miedo a la noche ni a la oscuridad. Sería interesante también que desde el punto de vista del cine y la televisión pudiéramos ver películas en las que los fantasmas cantaran y fueran divertidos. También es una buena idea hacer una fiesta nocturna con amigos para vencer el miedo de forma conjunta, para que vean que no da miedo.

- ¿Cómo deben corregir su actitud los padres?

-Normalmente reaccionan o infravalorando el miedo, diciéndoles que el miedo es una tontería, y por lo tanto los niños creen que no les están comprendiendo; o dándole demasiada importancia, involucrándose tanto en ayudarle que el niño piense que verdaderamente tiene un monstruo debajo de la cama. Hay que alcanzar un término medio desde su mundo más mágico y ser coherentes: no podemos decir que los fantasmas no existen cuando estamos diciendo que Santa Claus y el ratoncito Pérez sí. Tenemos que ayudarles a afrontar y superar el miedo dándoles seguridad en ellos mismos.

- ¿Es importante acudir a profesionales?

-Sí, tenemos que decir a los padres que no están solos, y hay que tener en cuenta que es muy importante que los niños descansen bien, que duerman profundamente y sin miedos. Hay estudios que dicen que los adultos insomnes tuvieron de pequeños miedo a la oscuridad.

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