Los agentes de policía acostumbran a presenciar hechos insólitos, muchos de ellos a consecuencia del estado de embriaguez que presentan en ocasiones los ciudadanos. Uno de ellos, gijonés, provocó un altercado en las dependencias policiales de El Natahoyo porque se negaba a abandonar la Comisaría. No se le ocurrió otra cosa para acabar detenido que bajarse los pantalones y deponer y orinar allí mismo, delante de varios agentes.

Este incidente ocurrió el año pasado y acaba de ser juzgado en la sección octava de la Audiencia Provincial, que ha ratificado una condena a este gijonés por un delito de desobediencia grave, con la atenuante de embriaguez, que le impone el pago de una multa de seis meses con cuota diaria de tres euros (540 euros) con 90 días de arresto en caso de impago.

El hombre, según explica la sentencia, llegó en estado de embriaguez a la comisaría de El Natahoyo y comenzó a encadenar faltas de respeto contra los policías que allí estaban. Además, hizo "caso omiso, de manera consciente, contumaz y recalcitrantemente a la orden directa y reiterada de los agentes relativa a que abandonara las dependencias de Comisaría". Llegó a emplear expresiones como "pues ahora no me da la gana de marcharme, pienso quedarme el tiempo que me salga de los c.". Por si fuera poco para ser detenido la escena fue a más. Este hombre se bajó los pantalones allí en medio y defecó y orinó sobre su propia ropa. En suma, a ojos del juez, su actitud constituye "una grave desobediencia" por la que ha sido multado con 540 euros.