El otoño es, por excelencia, época de hongos. Sin embargo, los cambios climáticos que se están produciendo de forma constante en el planeta hacen que "cada año" la temporada de setas se retrase más. Así lo aseguró ayer el presidente de la Sociedad Micológica Asturiana, Herminio Lara, en la exposición micológica enclavada en las XXV Jornadas "Villa de Gijón".

Una muestra donde se presentaron alrededor de dos centenares de especies distintas de hongos, aportadas por aficionados y clasificadas por miembros de la asociación. No obstante, calculan que se quedaron hasta medio centenar sin clasificar "porque no hubo tiempo". "No estamos del todo contentos, porque hay años que llegamos a las trescientas, pero dentro de lo que cabe está bien", analizó Lara, que echó la culpa de la escasa presencia a hongos a la "mala temporada" que se está dando: "no fue un buen año". El motivo principal es que "hubo mucha seca. Ahora están empezando a salir, pero el frío se metió de repente, así que no saldrán muchas más". Lara recuerda cómo antes llegaba septiembre y, con él, las lluvias pero ahora "hace sol y calor". Por ello, "cada año retrasamos las jornadas casi una semana para aprovechar lo más posible la temporada".

El que fuera presidente de la asociación, Francisco Casero, explica que "estas lluvias aún pueden salvar la temporada, pero va a ser muy corta". De hecho, hay algunas especies de hongos que aún no salieron, como el boletus satanás, una seta termófila que necesita de un verano muy cálido para desarrollarse, "y tampoco lo tuvimos". Otras especies, como la amanita caesarea, "va a ser muy complicado ya que se vea".

Casero ahondó en las causas que hacen que la temporada no esté siendo la mejor. "En verano no hubo temperaturas fuertes y en otoño no llovió nada. Además, las aguas que vinieron, no fueron repartidas" y, para completar, "el frío se metió de golpe, lo que tampoco ayuda". El único punto positivo que encuentra el experto micólogo es que "el frío vino con nieve, que puede ser bueno".

Por todo ello, este año no se verá mucha seta en el Principado. Y, donde abundan, son lugares "muy complicados donde no podemos meternos", en palabras de Casero. Son, o bien Parques Naturales o bien lugares "llenos de porquería, con mucha hierba y arbusto, lo que hace que se recojan mucho peor". Para Casero, los mejores lugares para coger setas son Tineo y Boal.

Con todo, los micólogos asturianos se están viendo obligados a visitar la comunidad autónoma vecina. "Si queremos coger setas, tenemos que bajar a Castilla y León, a la zona más pegada con Asturias", explica el expresidente de la asociación micológica. Allí recogen, entre otras especies, cardos o boletus, en pinares.

Recogida y preparación

Recogida y preparaciónCasero insiste en que "las setas no se pueden coger sin saber, porque sí" ya que, como enfatiza el experto micólogo, "todas las setas cumplen una función en el bosque". Desde las que surten de nutrientes a los árboles a los hongos saprófitos, que "se comen todo lo que no vale, pero nunca atacan a un árbol sano". Son los encargados de descomponer la madera muerta o incluso hasta cuernos, huesos o dientes de animales.

El micólogo aconseja, a la hora de recoger las setas, "arrancarlas, no cortarlas, porque así se pueden clasificar mejor". Eso sí, pide hacerlo "con cuidado, clavando la punta de la navaja en la tierra y sacándola, sin estropear el suelo". Luego, los hongos se han de llevar en una cesta de mimbre, "nunca en una bolsa de plástico, porque se estropean". Y "siempre, siempre, dejarse guiar por expertos, nunca comer ninguna seta si no sabemos si es comestible".

En caso de que se pueda disfrutar del hongo, Herminio Lara propone, "primero, probarlas a la plancha, con un poco de sal o, las que se pueda, como el boletus, la amanita o algún champiñón, crudas". Si se pretende realizar una elaboración más trabajada, "los arroces y las pastas siempre quedan exquisitos".