Un gijonés de 56 años y vecino de La Calzada que vendía cocaína y hachís desde la ventana de casa, ayudado de una caña de pescar y una pelota de tenis -en la que escondía la sustancia estupefaciente-, se sentará esta mañana como acusado de un delito contra la salud pública por el que la fiscalía solicita una condena de cinco años de cárcel y el pago de 10.000 euros de multa.

El procesado fue descubierto por una patrulla policial cuando entregaba un pedido a uno de sus compradores habituales en septiembre de 2017. Lo hacía sin salir de casa. Primero, según el relato del Ministerio Fiscal, lanzaba la pelota de tenis enganchada al sedal de la caña de pescar y esperaba a que el comprador, en la calle, introdujese el dinero convenido previamente por teléfono. Una vez había cobrado volvía a lanzar la pelota, de la misma forma, pero con la drogada solicitada. Los agentes constataron esta operación en varias ocasiones y solicitaron una orden de registro del inmueble.

En noviembre de 2017, los investigadores entraron en la vivienda y hallaron dos básculas de precisión, recortes de bolsas de plástico destinados a hacer papelinas, tres papelinas de cocaína, dos cañas de pescar y nueve tabletas de hachís (977 gramos, valorados en 5.726 euros en el mercado ilícito). También 125 euros provenientes de sus ventas.