El pasado año fallecieron en Asturias, a causa de accidentes de tráfico, once personas mayores de 65 años. Esto es, el 37,5% del total de fallecimientos por este motivo, una cifra sensiblemente por encima de la media nacional, que se encuentra en el 28%. La estadística desciende hasta un 30% en el caso de personas que tuvieron que ser hospitalizadas por siniestros viales. Y todo ello cuando las personas en ese tramo de edad suponen únicamente el 11% del total de conductores de España.

Por ello, y para evitar que esos datos se vuelvan a dar, la Unión de empresarios de autoescuelas de Asturias (UEAS), en colaboración con la Dirección General de Tráfico, organizaron ayer en Gijón una jornada de seguridad vial dedicada a personas mayores de 65 años. La primera de este tipo que se realizó en Asturias ya que, como explicó Rubén Castro, presidente de UEAS, "normalmente únicamente nos centramos en los niños". Más aún cuando estas personas mayores "tienen una importante labor como educadores de los niños que tienen a su cargo", en palabras de Raquel Casado, jefa provincial de Tráfico de Asturias.

Unas jornadas en las que se repasaron conceptos básicos quizá olvidados para quienes más tiempo llevan conduciendo, además de ahondar en cuestiones de especial importancia para el colectivo.

Así pues, se incidió en la prohibición de tomar alcohol, más aún si se mezcla con medicación; la necesidad de tener especial cuidado en los pasos de peatones, esperando en la acera a que el coche pare; sugerir no coger el coche en horas punta o en malas condiciones atmosféricas o no cruzar por delante del autobús, ya que existe mucha menos visibilidad.

Y es que, como explicó Andrés Medina, "de los 65 a los 70 años se produce un descenso acusado de las cualidades psicofísicas". Una circunstancia que "no incapacita para conducir, pero sí conlleva ciertas limitaciones". Así, Medina explicó que "conducir es una acción complicada y difícil, que requiere unas condiciones psicofísicas buenas y, con el paso de los años debemos ir pensando en guardar las llaves y dejarnos llevar".

No obstante, el problema no acaba al bajarse del coche ya que la correcta movilidad como peatón también tiene una gran importancia. Alrededor del 40% de los siniestros de tráfico vienen determinados por una infracción del peatón. Los nuevos ordenamientos urbanos están encaminados a recuperar el espacio de la ciudad para las personas, en detrimento de los vehículos.

Algo que choca frontalmente con los nuevos modelos de movilidad como los patinetes eléctricos que, a falta de normativa, acostumbran a circular por las aceras. "Hace falta una mayor regulación, aunque la DGT está ya trabajando en ello", aseveró Castro, que explica que "es un mundo nuevo y las personas mayores necesitan conocer estos nuevos vehículos, que están en todas las aceras". Más aún cuando se trata de vehículos eléctricos, "que apenas se oyen, por lo que las personas mayores pueden no enterarse de que viene y así provocarse accidentes que antes no se daban". Todo para poder lograr "un entorno seguro, tanto para los peatones como para los conductores". Porque, como aseguró Casado, "sufrir un accidente solo depende de nosotros".