Para Orlando Moratinos Otero, director de la Fundación Foro Jovellanos del Principado de Asturias, las continuas demoras del plan de vías gijonés es "una tomadura de pelo política". Una obra que es muy importante "para la imagen de Gijón", que tiene que dejar atrás "la ciudad negra y llena de humo a la que llega Antonio Ferrandis en 'Volver a empezar'".
- ¿Por qué necesita Gijón el plan de vías?
-Por un agravio comparativo con el resto de ciudades de España. Las estaciones deben estar acomodadas a los ciudadanos. Llevamos casi dos décadas con esta cuestión dando vueltas. Es una tomadura de pelo política. El tren debe ser una de las principales vías de salida y entrada. El tren lleva en Gijón desde la segunda mitad del siglo XIX y debe mantenerse, cuidarse y llevar adelante los proyectos comprometidos. Y ha de hacerse ya, para cumplir los acuerdos alcanzados. Es una tomadura de pelo al ciudadano, que está ya de capa caída.
- ¿Qué supondría para el día a día de las personas?
-Supondría mucho. No solo para las personas de Gijón que se desplazan en su día a día a la zona central de Asturias, sino también para aquel turista que venga a la ciudad y que debería tener ciertas comodidades. El llegar a una ciudad negra y llena de humo como le pasó a Antonio Ferrandis en "Volver a empezar" ya pasó a la historia hace tres décadas. Hoy en día el turista debe tener otra visión de la ciudad.
- ¿Qué se puede hacer desde el Foro Jovellanos?
-Estamos impulsando un arco atlántico cultural, paralelo al eje mediterráneo. Somos la única entidad que está haciendo algo en esta cruzada, reivindicando la necesidad de su implantación para que se tenga en cuenta a Asturias tanto desde las instituciones como por los empresarios. Para ello, el plan de vías sería un paso adelante, sería la estructura inicial que se debería completar con la variante del Pajares. Yo creía que estaba ya solucionado, pero no deja de haber bandazos. Y más que habrá el próximo año, con las elecciones. El problema es que tenemos unos políticos que no respetan los acuerdos de los anteriores. Cada uno quiere vender sus ideas, pero sin pensar en el contribuyente y lo que demanda. La política manda sobre el ciudadano y no al revés
- ¿Se está haciendo todo lo posible desde las instituciones?
-En algunas sí. Pero hay momentos en que los políticos decaen. Hay ejemplos en el gobierno autonómico que parece que están ya recogiendo la maleta, poniéndose la gabardina para marcharse y no actúan. Eso no debería así, estos son meses claves para apostar por algo y hay que aprovecharlos. Ya que se van, podrían aprovechar para hacer cosas que dejen buen sabor de boca al ciudadano, no dar la callada por respuesta. A veces es conveniente pegar un golpe en la mesa.
- ¿Será ésta la definitiva?
-Yo creo que el contribuyente va a forzar para que sea la definitiva. El político lo va a tener muy crudo. En Asturias hay una oposición que da bandazos y no sabe por dónde va a tirar. A ver si algún partido enciende la luz, que llevan treinta y tantos años intentando enhebrar la aguja y no lo consiguen.
- Haga un llamamiento.
-Ya está hecho, no hace falta más porque el ciudadano se está moviendo, y de forma importante. Es algo que pilla muy de cerca a todos los gijoneses, que se juegan mucho, aunque no lo crean. Como la imagen de la ciudad, que es muy importante. La estación de autobuses, por ejemplo, es una verdadera vergüenza. Los gijoneses tienen que ser conscientes de que es una cuestión muy importante para una ciudad de servicios como ésta. El tren y el Puerto de Gijón son el futuro de la ciudad.
