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"Muchos padres se escudan en los libros para no enfrentarse a conversaciones"

"Considero que tenemos un grave problema si convertimos la literatura infantil en literatura de autoayuda para niños"

Raquel Blázquez, con Paco Abril en la pasada Feria del Libro de Gijón. Ana L. Chicano

Raquel Blázquez (Gijón, 1984) se licenció en Publicidad y Relaciones Públicas, pero sus inquietudes artísticas la llevaron a especializarse en Dirección de Arte y diseño Web y más adelante a explorar el mundo de la ilustración en la Escuela Superior de Dibujo Profesional de Madrid, etapa en la fue galardonada en el Certamen de Cuentos Ilustrados de la Diputación de Badajoz, lo que le hizo centrarse en la ilustración infantil y la literatura para niños. Durante unos años dirigió su propio sello editorial, con el que publicó cuatro libros junto a la escritora, María Bautista. Sus ilustraciones han sido seleccionadas en Chile, Emiratos Árabes, Madeira, Corea del Sur y, más recientemente, ha sido premiada en la Feria del Libro Infantil de Shanghai.

- ¿Cómo surgió el proyecto "Todos menos uno" con el que ha sido galardonada en China?

-Normalmente mis proyectos surgen a partir de ideas. Pero, justamente "Todos menos uno" o, más bien, su protagonista, surgió bocetando en un cuaderno. El otoño de 2016 hice un curso sobre álbum ilustrado con Miguel Tanco y entre la documentación aparecía la imagen de la "Destrucción del toro" de Picasso y me pareció muy interesante narrar visualmente con lo mínimo imprescindible. Empecé a bocetar en el cuaderno animales basándome en aquella idea y surgió un personaje. A partir de ahí seguí desarrollando imágenes pero me di cuenta de que había una historia detrás y la primavera de 2017 estuve trabajando en el texto, de nuevo con la idea de que narrara con las mínimas palabras posibles y ese verano uní todas las piezas hasta llegar al álbum final.

- ¿Qué supone este reconocimiento?

-Aún no sé qué consecuencias más tangibles puede tener, pero para mí supone una reafirmación de que lo que hago tiene valor entre los profesionales del sector y a nivel internacional. Muchas veces me dejo llevar por mi intuición y por lo que yo querría encontrarme en un libro, pero a la hora de bajar a la realidad me encuentro con que cuesta mucho que estos proyectos encuentren un editor. Necesitaba "testar" mi trabajo fuera del circuito más comercial del mundo editorial. No creo que se nos valore más fuera que aquí en casa. Hoy en día hay mucha gente tratando de remar a favor del álbum ilustrado y de sus profesionales en España. Editores, bibliotecarios, libreros y autores estamos uniéndonos y haciendo una labor de titanes para dar a conocer al público el valor cultural y artístico de la literatura infantil. Pero la suerte que tenemos en esta profesión es que no existen fronteras a nuestro trabajo y eso nos permite llegar hasta la otra punta del mundo con nuestros proyectos.

- ¿Cómo definiría su estilo?

-No sé, es tan complicado, porque ha cambiado muchísimo desde hace cuatro años. Y es lo suyo, evolucionar, no quedarnos estancados. Autodefinirse es sumamente complicado y yo que cambio tanto de un proyecto a otro, tengo que pensarlo muy bien. Si tuviera que destacar algo que creo que es común a todos mis trabajos sería la simplicidad y la geometría, que creo que beben un poco de mi miedo y de mis inseguridades. Empecé a ilustrar un poco por cabezonería, una profesora me retó a ello cuando estudiaba diseño gráfico hace nueve años. Y aunque estudié ilustración editorial después, no tengo una formación en Bellas Artes y me siento un poco "floja" a nivel técnico muchas veces, así que trato de salvar esa carencia tratando de simplificar. Al final, si divides un problema grande en pequeños problemas que vas afrontado el reto se hace más llevadero.

- ¿Se ve más ilustradora, escritora o narradora?

-La verdad es que no puedo optar por una de las tres. Para mí, hoy por hoy, son un todo. Hace diez años no me veía ilustrando, hace ocho años no me veía narrando en público y hace cuatro años no me veía escribiendo. Y ahora no me veo sin hacer ninguna de las tres cosas, sería muy infeliz si tuviera que renunciar a alguna de ellas.

- ¿Cómo ve el sector en Asturias?

-Llevo más de media vida fuera de Asturias y he estado muy desconectada, porque al final tu red de contactos tiende a crecer en el lugar en el que te ubicas. Pero el año pasado tuve la oportunidad de conocer a un grupo de ilustradores asturianos: Eli García, María Díaz Perera, Carmen Saldaña, David G. Ferrero, Rubén Megido y Pablo Álvarez. Hemos hecho mucha piña, hemos ido a ferias como la de Bolonia, compartimos dudas, experiencias, etc. Esto me ha permitido volver a acercarme a la región a través de mi profesión. Algo que agradezco profundamente. A nivel editorial, creo que se están haciendo cosas muy interesantes.

- ¿Es más fácil hacerse un hueco en la literatura infantil?

-No es cuestión de fácil o difícil. Yo llevo diez años tratando de hacerme un hueco y sigo en ello. Ahora empiezo a encontrarme con editores o autores a los que conozco y admiro que cuando me presento me dicen "¡Ah! Sí te conozco". El mundo de la literatura infantil es igual de difícil que el de la literatura para adultos. Hoy en día hay un boom en torno al álbum ilustrado y mucha gente peleándose por encontrar su sitio. Cuando empecé, mi padre que siempre me apoyó, pero es normal que, cuando tu hija te dice: "Papá, dejo un trabajo fijo por ser ilustradora", se asuste. Me decía: "Pero, Raquel, si ya hay muchos ilustradores". Y yo le contestaba: "Pero seguro que hay un huequecito pequeñito para mí". Hace tres años fui a Bolonia por primera vez, a la feria más importante del sector a nivel internacional, y allí te das cuenta de que hay hueco. Pero para encontrar ese hueco hay que ser muy autoexigente y crítico con tu trabajo, y aprender esto me ha ayudado a entender mejor esta profesión y todos sus engranajes.

- ¿Cuesta lograr un editor para sus proyectos personales?

-Mucho, al menos al principio. Nadie te conoce, vas con tu carpeta y tu proyecto, y me he encontrado con editores que piensan que mi trabajo es interesante, es diferente, pero sé que también piensa: pero ¿se venderá? Y ser desconocida ahí juega en tu contra. Me está pasando con un editor francés, adora uno de mis proyectos, lo sé porque lo he visto con mis propios ojos, pero te lo dice abiertamente, necesita tiempo para pensarlo, porque hay una inversión de dinero, y ellos, los editores, al final son personas como tú y como yo y a final de mes necesitan comer.

- ¿Cree que el modelo de álbum ilustrado o cuentos sirven para intervenir en problemas de los niños?

-Creo que la literatura debe ser literatura. Seguramente si un adulto necesita un libro para enfrentarse a algún problema, el librero le envíe a la sección de autoyuda. Entonces, ¿por qué estamos convirtiendo la literatura infantil en literatura de autoayuda para niños? Creo que tenemos un grave problema con esto. Muchos padres se escudan en los libros para evitar enfrentarse a conversaciones.

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