"El empresario tiene que hacer avanzar la sociedad y para ello no sólo tiene que crear empleos, sino nuevas motivaciones". Esta fue una de las reflexiones que ayer lanzó el presidente de Adaro Tecnología, Luis Adaro de Jove, al recibir el premio al ejecutivo y empresario del año que le concedió Astur Manager, en el transcurso de una cena que se celebró en el teatro de la Universidad Laboral. Luis Adaro pertenece a la cuarta generación de una empresa familiar que el pasado mes de marzo cumplió 115 años y en la que ya trabajan miembros de la quinta generación, que en un futuro tomarán el relevo. La empresa, que comenzó fabricando equipos para la minería, supo reinventarse tras la crisis del carbón, innovando para entrar en otros sectores y abriendo nuevos mercados. Ahora exporta a 40 países el 85% de su producción y es una empresa de referencia en equipos de iluminación y seguridad. El galardón reconoce la trayectoria del empresario y el éxito de la gestión de Adaro Tecnología.

Al glosar su figura, la presidenta de Astur Manager, Montserrat Martínez, definió a Luis Adaro como "discreto, amable, cariñoso, de gran carisma y exquisito trato" y también como "persona sobresaliente" y lo puso además como "ejemplo de excelencia".

Tras haber recibido el galardón de manos de la presidenta de Astur Manager, el premiado señaló que esta distinción "me estimula para mantenerme en la brecha" y, aunque sin referirse a sí mismo, añadió una nueva cualidad a las citadas, una que considera que deben tener todos los empresarios que es la de "ser persistente".

El veterano directivo gijonés considera que el empresario es alguien capaz de "construir algo de valor de forma creativa a partir prácticamente de nada" y que los empresarios de éxito no tienen en su vocabulario la palabra fracasos, sino que estos son "experiencias de aprendizaje" y considera que los éxitos más importantes llegan cuando existe la posibilidad de fracaso.

Como ingrediente fundamental de esa tenacidad que debe tener todo empresario, Luis Adaro de Jove apunta que la pasión es fundamental, dado que "sin la pasión el negocio no tendría éxito; sólo con la pasión se logra ser perseverante y abrir caminos.

La empresa se fundó en 1903 por su bisabuelo, Luis Adaro y Magro y siempre fue dirigida por miembros de la familia. En 115 años de vida de esta compañía "ha pasado de todo, cosas buenas, cosas regulares y cosas mucho más difíciles todavía, pero aquí estamos", aseveró durante su intervención.

El tono optimista de sus palabras, tanto las dirigidas a los asistentes tras recibir el galardón como las que pronunció antes del inicio del acto, sólo tuvieron un paréntesis para la crítica. El representante de una empresa que desde hace más de un siglo ha ido pasando de padres a hijos, lamentó que "hoy estemos sin una legislación que de fluidez a la transmisión a nuestros hijos de lo que hemos construido". Una reflexión a la que no hizo ninguna referencia en su intervención posterior el consejero de empleo, industria y turismo del Principado, Isaac Pola, quien expresó de forma genérica el apoyo del ejecutivo regional a los empresarios asturianos.

El premiado de esta edición no sólo pensó en quienes le darán el relevo cuando llegue el momento de ello, sino también en los que le precedieron, recordando la deuda que con ellos tienen "los Adaro del siglo XXI", citando en especial a su padre, Luis Adaro Ruiz Falcó.

Luis Adaro de Jove recordó el origen y la vocación minera de la compañía, que "siempre fuimos una empresa minera, fabricábamos bienes de equipo para la minería y nuestro producto básico ya desde la época de mi abuelo eran las lámparas mineras de casco" y lamentó el declive de la minería que él constata que "se está acabando" en una cifra: se ha pasado de las 60.000 lámparas mineras que había en España en los años 80 del siglo pasado a las 2.500 de la actualidad. Todas fabricadas por Adaro. "Si Adaro hubiese quedado en la minería, sin reconvertir, en los años 90, hoy estaríamos cerrados", apuntó.

Esa adaptación a los tiempos fue destacada por la presidenta de Astur Manager. Montserrat Martínez recalcó que Adaro Tecnología ha sabido adaptarse y mantenerse como empresa de referencia y que el homenajeado en su dilatada trayectoria "tuvo que bregar en los momentos buenos y malos, con la crisis económica y mercados cambiantes, sabiendo modificar la estrategia" de la empresa para adaptarse a los nuevos tiempos.

Ese entorno cambiante llevó a Luis Adaro de Jove a hacer una reflexión sobre qué es lo que debe permanecer. En un momento de cambio ideológico, tecnológico y económico, en que los nuevos escenarios han desplazado el poder económico del norte al sur y de occidente a oriente, no todo tiene que cambiar en la adaptación de una empresa. Es clave, resaltó este Adaro de cuarta generación, mantener los valores porque "las virtudes humanas serán siempre inalterables", por mucho que cambien los mercados o evolucionen las tecnologías.

Luis Adaro de Jove no fue el único en recibir ayer un reconocimiento. Los organizadores del acto también entregaron un ramo de flores a la esposa del galardonado, María Jesús García Cueto-Felgueroso.