"El señor estaba angustiado y quería, a todas luces, que le sacáramos de allí". Así recuerda uno de los agentes de la Policía Nacional su intervención en el domicilio de la calle Cea Bermúdez donde residían la mujer procesada por maltratar y robar 85.000 euros a su pareja sentimental, de 76 años y con Alzhéimer, que afronta cinco años de cárcel. La segunda sesión del juicio, y última, estuvo marcada por la declaración de policía y peritos forenses y psicológicos que confirmaron la difícil situación que vivió la víctima de estos hechos, que tiene un relato "creíble y ausente de fabulación", como explicó esta mañana el psicólogo judicial que le atendió.

"El señor lanzaba un grito de socorro porque estaba sometido a la personalidad de la acusada", apuntó el psicólogo durante su declaración en la Audiencia Provincial. "Sí, sin ninguna duda sufrió maltrato psicofísico", espetó tras ser interpelado por la acusación particular. La vista oral sirvió ayer para que las partes elevasen a defnitivas sus conclusiones. En lo que respecta a la acusación particular y la Fiscalía solicitan una pena de cinco años de cárcel, el pago de 86.313,48 euros -el mínimo de lo que se apoderó presuntamente la acusada- y el pago de una indemnización de 1.000 euros en concepto de responsabilidad civil por los daños morales. Esta cantidad se eleva hasta los 6.000 euros en el caso de la acusación particular.

"Vivir la vida"

La procesada, vecina de Gijón, se declaró ayer inocente de todos los cargos. De hecho, llegó a decir que era "la primera sorprendida" por estar sentada en el banquillo de los acusados. "Nunca hubo ningún problema, había buena relación y fueron sus hijos quienes le incitaron a denunciarme, está presionado por los demás, y sigo esperando a saber por qué estoy aquí", argumentó esta mujer, que ayer siguió la vista oral visiblemente tranquila. La respuesta se la dieron varios testigos que durante toda la mañana describieron los insultos, vejaciones y maltratos que padeció el septuagenario. "Cuando se acabó el dinero empezaron a cambiar las cosas", relató una amiga común de ambos. "Le insultaba delante de mí y una vez le cogió por la ropa y le zarandeó", añadió durante su declaración la misma testigo. "Dejó de hablar y le aisló de todo el mundo, hasta le hacía dormir en el suelo", remarcó tras un largo parlamento.

El deterioro de la relación fue el punto en común que tuvieron las declaraciones de los cuatro testigos de su entorno más próximo. "Marrano, te voy a matar", recordó que le escuchó decir a la acusada en una ocasión otro de los testigos. Todos coincidieron en que apenas le dejaba salir de casa y que tenía miedo de contar lo que le hacía. Solo cuando se vio acompañado de sus hijos y en presencia de la Policía Nacional, después de denunciar a la hoy acusada, acertó a decir: "Sacadme de aquí".

También declararon los directores de las oficinas de banco donde se encontraban las cuentas bancarias. En una de ellas, confirmaron, se pasó de 86.000 euros a 0 euros en cinco meses. En la otra, donde se ingresaba la pensión del hombre, se pidió crédito de 10.000 euros. "Lo hizo porque quiso", explicó la procesada, que utilizó el mismo argumento para justificar la compra de un coche valorado en 23.800 euros con el dinero de él. "Me lo regaló", apuntó ella.

Cuchillo en el cuello

Tras nueve testimonios llegó el turno de la víctima, que relató cómo la acusada le llegó a poner hasta en dos ocasiones un cuchillo en el cuello o amenazarle de muerte si se negaba a darle su dinero. La mujer llegó a decirle que iba a "descuartizarlo y guardar los trozos en la nevera". A todo ello se suman las agresiones físicas, hacerle dormir en un camastro entre dos armarios y darle pastillas. Ella lo niega todo. El juicio prosigue hoy.