Tres miembros de un grupo criminal itinerante con delitos por toda España han sido identificados por el grupo de Delincuencia Económica de la Policía Nacional tras cometer, al menos, tres robos. Esta banda, relatan los investigadores, actúa siempre "con una puesta en escena muy sofisticada" en la que se hacen pasar por empleados de una compañía eléctrica para tener acceso a los domicilios de sus víctimas.

La primera denuncia en la ciudad llegó a finales del mes de septiembre. Una mujer de 74 años daba cuenta del robo de joyas y hasta 200 euros que guardaba en casa. En cambio, a la segunda víctima, de 84 años, le llevaron su tarjeta de crédito -tenía apuntado en el reverso el código PIN- y realizaron reintegros en cajeros de Gijón, Pola de Lena y León de hasta 9.000 euros. Lo mismo ocurrió con la tercera víctima, de 76 años, a la que hurtaron su cartilla bancaria y joyas del domicilio. Son las personas de mayor edad que viven solas, advierten los agentes, quienes resultan más vulnerables para este tipo de delitos.

Estos tres gijoneses, dos mujeres y un hombre, cayeron en un plan perfectamente urdido por este grupo criminal, que cuenta con una notable infraestructura que incluye, por ejemplo, el acceso a los ficheros de las compañías de suministro eléctrico para así apoderarse de los datos necesarios para elegir a sus víctimas por toda España. De hecho, los tres detenidos cuentan con antecedentes por hurto, robo y estafa por toda la Comunidad de Madrid, Málaga o Toledo.

¿Cómo actúan? Las tres víctimas recibieron una llamada a sus domicilios en la que una mujer, con voz empática, les advertía que existía un problema de alta tensión en su domicilio y que unos operarios deberían pasarse por allí a examinar tanto los enchufes como el cuadro de contadores. En esa misma llamada les decían que si estaban en casa se podían acercar en solo unos minutos.

Monos azules

Estas tres víctimas confiaron y en apenas media hora llegaron a sus respectivas casas dos hombres uniformados con monos azules de trabajo y un cinturón cargado de herramientas para hacer más creíble la historia. Una vez dentro comienzan a examinar los enchufes y, ya en el primero lo manipulan de tal forma para que salten los plomos. Así ejemplifican que supuestamente existe un problema eléctrico. Asustan a la víctima diciendo que el problema podría provocar que se electrocutase o incluso provocar un incendio.

El otro argumento, para despistarles, es que por este problema podrían estar cobrándoles más de lo necesario y les piden que vayan a por los últimos recibos para comprobarlo mientras ellos se quedan, dicen, revisando el resto de enchufes. Mientras la víctima -siempre de edades que rondan al alza los 75 años- rebusca entre los papales aprovechan para examinar todas las estancias del domicilio y apoderarse de todo lo que encuentran: joyas, dinero, tarjetas u otros objetos de valor. Después se van como si nada hubiese pasado y pasa tiempo hasta que las víctimas se percatan de lo ocurrido.

Estas denuncias en Gijón permitieron al grupo de Delincuencia Económica identificar a tres miembros de la banda, ayudando así a una investigación a nivel nacional contra este grupo.