El Ayuntamiento de Gijón busca dar un paso más en su apuesta por el teletrabajo a partir de la aprobación en la Junta de Gobierno, previsiblemente en la reunión de esta mañana, del protocolo regulador de esta fórmula laboral tanto en los departamentos municipales como en el Patronato Deportivo y las fundaciones de Cultura y Servicios Sociales. Esta regulación es el paso previo a una convocatoria interna en la que se reciban y evalúen las candidaturas del personal interesado. Ahora mismo hay una decena de trabajadores municipales que siguen este sistema a partir de un proyecto piloto.

Tras considerar "muy satisfactoria" la evaluación de los resultados de esa experiencia inicial, el Ayuntamiento busca ahora mismo "impulsar la implantación de esta modalidad de trabajo profundizando en los objetivos de mejora en la prestación del servicio y en la conciliación de la vida laboral con la vida personal y familiar".

No todos, ni mucho menos, de los alrededor de 1.200 trabajadores que suman el Ayuntamiento y sus tres organismos autónomos podrán optar a trabajar fuera de su despacho. El protocolo de teletrabajo lo limita a quienes hagan las siguientes funciones: estudio y análisis de proyectos en soporte electrónico, control y supervisión de órdenes de trabajo en soporte electrónico (CuidaGijón), análisis, configuración, mantenimiento y soporte de sistemas de información, elaboración de informes en expedientes electrónicos, tramitación de expedientes, supervisión de facturas, redacción, corrección y tratamiento de documentos, gestión de sistemas de información y comunicaciones, y desarrollo de aplicaciones informáticas.

Quedan expresamente fuera de esa opción los puestos en oficinas de registro y atención a la ciudadanía y los trabajadores con funciones de dirección, de naturaleza eventual o elegidos por libre designación. Tampoco hay teletrabajo para aquellos puestos "cuyas funciones conlleven necesariamente la prestación de servicios presenciales".

La adhesión al teletrabajo es voluntaria y reversible. Tendrá una duración máxima de un año y una limitación al 50% del total de la jornada mensual del trabajador con no más de tres días a la semana. Más allá de favorecer la conciliación, el apoyo al teletrabajo busca también acabar con el papel. Por ello, se exige a los teletrabajadores el compromiso de no utilizar documentación en soporte papel y, de paso, la disminución de las impresiones en los centros de trabajo en un 20% durante los doce meses siguientes a la autorización para prestar servicios en teletrabajo, a razón de un 5% de reducción de la impresión en durante los 3 primeros meses, un 10% durante el segundo trimestre, un 15% durante el tercer trimestre y un 20% durante el último trimestre.