El despido de la profesora del colegio San Miguel -que estuvo investigada por una supuesta relación con un alumno menor de edad- “se ajusta plenamente a derecho”. Son palabras de la dirección del centro educativo del barrio de Pumarín, el único en Gijón dependiente del Arzobispado, que ha transmitido su valoración -primero a través de línea interna, y luego en la página web del colegio- después de que el Juzgado de Instrucción número 2 dictase el sobreseimiento provisional de las diligencias por abuso sexual contra la docente, de 34 años.

La dirección del colegio San Miguel ha hecho pública su opinión al respecto a través de un comunicado de cinco puntos redactado por sus abogados y bajo la recomendación de la diócesis. El primer apartado aclara que desde el centro “no se presentó ninguna denuncia penal ni ejercitó acciones penales contra la exprofesora en ningún momento”. El segundo apartado subraya en que el conflicto entre el colegio y la profesora “es de índole estrictamente laboral, derivado de su despido por causa disciplinaria”. No obstante, recuerda, ese despido fue impugnado por la propia docente y todavía se está pendiente de resolución judicial al respecto.

El tercer punto incide en que “las razones que motivaron el despido de la profesora no tienen que ver con los hechos investigados en el proceso penal, sino con otros que, a juicio del centro, fueron causa suficiente para justificar el despido disciplinario”. No obstante, pese a lo expuesto en el anterior punto, el siguiente considera que la magistrada de instrucción que archivó el caso les ha dado la razón. “A la vista de la resolución de Juzgado de Instrucción, el colegio considera que la decisión de despido adoptada se ajusta plenamente a derecho”. Conviene recordar que la magistrada estimó que, aunque hay “indicios racionales de que entre ellos pudiese existir en su momento una relación de cercanía”, “ninguna de estas circunstancias sería suficientes para la acreditación de dicho delito de abuso sexual a un menor”.

El quinto y último punto emitido por el equipo directivo desvela que “se remite a las resoluciones que en su momento dicte el Juzgado de lo Social con respecto al conflicto laboral existente con su antigua trabajadora”. Ahora es la exprofesora la que va contra el colegio San Miguel.

La docente siempre negó todas las acusaciones vertidas contra ella. "No soy culpable de nada; el colegio lo único que busca es salvaguardar su imagen y no les importa ni el alumno ni yo", llegó a decir a preguntas de este periódico.