-Si la próxima semana no hay acuerdo volvemos. Y está vez, indefinido.

-Ésta es la casa de todos, podéis volver.

La advertencia del veterano sindicalista de la CSI Cándido González Carnero y la invitación del edil forista Esteban Aparicio ponían fin a casi dos horas de tensión en la Casa Consistorial. Alrededor de las once y media de la mañana un grupo de cinco extrabajadores de Naval Gijón se encadenaban con bridas a la escalera central de la Casa Consistorial gijonesa. A su lado, ediles de Xixón Sí Puede y, en la plaza Mayor, un grupo de manifestantes como apoyo. Con el paso de los minutos se sumaron agentes de la Policía Local y la Nacional.

Los encadenados reivindicaban la intermediación del Ayuntamiento en favor de una reunión para tratar la situación de los siete extrabajadores del astillero gijonés que aún no han sido recolocados, en cumplimiento del acuerdo firmado en 2009 con el cierre del astillero. El grupo pendiente era de doce personas pero cinco de ellos ya han renunciado a tener trabajo.

Los sindicalistas cargaron contra el Principado, al que acusan de haber suspendido en varias ocasiones una reunión promovida por la propia Pymar y a la que el Ayuntamiento no puso reparos. Una fecha para esa reunión era su única reclamación tras meses de espero. Y lo que le pidieron a Esteban Aparicio que fue el encargado de dar la cara en nombre del gobierno de Foro. Previamente, el podemista Mario Suárez del Fueyo había hecho una gestión en Alcaldía para intentar el contacto directo con Carmen Moriyón.

A los encadenados -entre los que estaban los también conocidos Balbino Cano y Juan Manuel Martínez Morala- no les sirvieron las explicaciones iniciales de Aparicio, que les puso al tanto de un contacto que tuvo hace unos días con los directores generales de Trabajo e Industria. "Ellos dan el expediente por cerrado", explicó el concejal de Foro, que incluso justificó cancelaciones de citas que se hicieron desde el Principado porque estaban con los presupuestos. Pero como Pymar sí reivindica la presencia de Principado y Ayuntamiento para reunirse, los trabajadores insistieron. "Sólo te pedimos que les llames ahora, les digas que nos tienes aquí encadenados y que queremos que se fije una reunión. Haz esa gestión y nos vamos", pidió Carnero a Aparicio. El edil forista subió a su despacho, llamó y bajó con las manos vacías: Manuel Monterrey estaba de viaje y Antonio González consideraba que era su compañero quien debía tomar la decisión. Visto lo visto, el edil se comprometió a seguir insistiendo hasta conseguir una respuesta y la sentada se disolvió. Aunque con alguna dificultad. Un policía, tijera en mano, tuvo que liberar a Morala.