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Gijón en retrovisor

El doctor Kovacs inició su andadura en Asturias en el Sanatorio Marítimo

Gracias a Sabino Fernández Campo, quien comprendió que éste era un territorio idóneo por los mineros aquejados de dolencias en la espalda

El doctor Francisco Manuel Kovacs.

Aquel año de 1986, el Rey Juan Carlos se sintió aquejado en el verano de una dolorosa lumbalgia que le impedía caminar y asistir a una de sus recepciones oficiales en el palacio de Marivent. De ahí que Sabino Fernández Campo le informó de que conocía en Mallorca a un médico que quizás le podría aliviar de sus dolencias. Sin dudarlo, el Rey le dijo que viniese al palacio inmediatamente. Y así ocurrió. El doctor Francisco Manuel Kovacs fue a Marivent y, en menos de quince minutos, con su revolucionario tratamiento de neurorreflejoterapia -a base de colocación de unas indoloras grapas en los lugares afectados que creaban un circuito que quitaba la dolencia recuperándose el cuerpo por sí mismo- el rey Juan Carlos le dijo a "Santi" Kovacs -así lo llamamos sus amigos- que lo tratase de tú, sin más protocolos.

De esta manera se inicia el futuro desembarco de "Santi" Kovacs en Asturias, que -a juicio no equivocado del siempre clarividente Sabino Fernández Campo- era un territorio donde se encontraba el mayor índice de afectados por las dolencias en la espalda, fundamentalmente a causa de los penosos trabajos en la espalda de los mineros asturianos.

Los orígenes del doctor Kovacs. Aunque cueste creerlo, Francisco Manuel Kovacs (Palma de Mallorca, 1964) nació con dientes -eso me lo contó él a mí- ya que su padre el doctor René Kovacs lo utilizó como cobaya para estimularle desde el feto con música clásica y masajes de comunicación para desarrollar su evolución genética. De aquella inusual experiencia médica publicó un libro cuyas galeradas me regaló -debido a que acabó mal con la editorial- para que tuviese conocimiento de aquellas técnicas y las pudiera aplicar o aconsejar a las personas de mi entorno. Así lo hice y el resultado fue asombroso. Su madre decía de él que salió muy retorcido porque para arrascarse una oreja cuando le picaba utilizaba la mano contraria. Una buena prueba de su extraordinaria capacidad intelectual es que a los doce años finalizó la carrera de piano, órgano y composición. Siete años después ya era doctor en Medicina siendo distinguido con el "cum laude" en su doctorado. Es uno de los personajes más fascinantes que me he encontrado en mi vida. Me advirtió que no estaba soltero, sino que "era soltero". No bebe alcohol. Solamente toma zumos de naranja y le gusta trabajar a once grados de temperatura. Por si fuera poco es cinturón negro de judo y karateca y, además, también es jinete y piloto de aviación.

Una fundación creada con el apoyo de la Casa Real. Así debido al apoyo oficial de la Casa Real fue creada en 1986 la "Fundación Kovacs" -con sede en Palma de Mallorca- una institución sin ánimo de lucro enfocada a ayudar al Sistema Nacional de Salud a mejorar su efectividad y eficiencia, y especializada en el campo de las dolencias del cuello y la espalda. Los antecedentes de la fundación se encuentran en los trabajos previos de investigación en neurofisiología y otras ramas de la medicina realizados por su padre el doctor René Kovacs en Francia y en España durante la última mitad del siglo XX. Estas investigaciones han conducido al desarrollo de la neuroreflejoterapia, también conocida por el acrónimo NRT. La neuroreflejoterapia es una técnica empleada fundamentalmente para tratar dolencias del cuello y la espalda. Al implantar en la piel material quirúrgico de poco coste, como son las grapas y los punzones dérmicos, sobre fibras nerviosas se logra estimular efectos a base de una especie de corriente eléctrica interna que contrarresta los mecanismos que provocan el dolor, las inflamaciones y las contracturas musculares en patologías como el lumbago, la ciática, la hernia discal, la artrosis vertebral o la escoliosis.

Desde el principio, el doctor Kovacs se enfrentó a los costosos tratamientos terapéuticos tradicionales, lo que motivó la oposición de los laboratorios al ver amenazados los consumos de medicamentos para este tipo de dolencias y de los partidos políticos que nos gobiernan en el país -el doctor Kovacs es apartidista- ya que los intereses económicos en juego son muy grandes.

No obstante, lo que son las cosas y los intereses de las llamadas fuerzas sociales: el doctor Kovacs también dio una pragmática solución al absentismo laboral por las indemostrables dolencias en la espalda. Su método consiste en mandar desnudarse al paciente de cintura para arriba y recorrer con un rotulador todas las vértebras marcando aquellas que supuestamente son las causantes del dolor. Tras proseguir con la consulta, de nuevo repasa las vértebras y dado que el enfermo no puede ver su espalda, si no coincide el dolor con las vértebras señaladas anteriormente queda en evidencia que se trata de una picaresca para solicitar una baja laboral ya que, en muchos casos, hay quien prefiere someterse a cirugías pasando por el quirófano con el fin de retrasar la vuelta a sus puestos de trabajo.

El desembarco en Asturias. Sabino Fernández Campo -que fue realmente quien ideó la creación de la Fundación Príncipe de Asturias, aunque otros se pongan las medallas- no dudó en que el doctor Kovacs tuviese el apoyo de su entonces director Graciano García para facilitar su desembarco en Asturias.

La primera vez que conocí al doctor Kovacs fue en el Hotel de La Reconquista donde trató a un señor que había venido en tren debido a que su espalda no le permitía conducir por los dolores que padecía y tras ser sometido al revolucionario tratamiento se le quitaron. Su esposa le dijo que, por primera vez en su vida, le veía sonreír y parecía otro. También recuerdo que trató a una muchacha que iba a ser intervenida quirúrgicamente de dos hernias discales y a los treinta días habían desaparecido. Cuando el cirujano le hizo las correspondientes radiografías dijo que aquello parecía un milagro. El alcalde de Oviedo Antonio Masip comentó, un tanto atribulado, que ya veía a los cirujanos pidiendo a la entrada a la ciudad por la autopista.

La primera clínica estuvo en el Sanatorio Marítimo. La primera clínica que la Fundación Kovacs abrió en Asturias fue en el Sanatorio Marítimo. A su inauguración asistió uno de sus patrocinadores financieros: el presidente de la todopoderosa ONCE, Miguel Durán, quien me sorprendió cuando para comprobar cómo eran las instalaciones hasta recorrió los suelos con sus manos. El doctor Kovacs me pidió que le escribiese un folio para la presentación oficial. Así lo hice y quedé perplejo cuando tras leerlo solamente una vez hizo su discurso respetando mis palabras escritas sin modificación alguna. Ahí, una vez más, se demostraba su gran capacidad intelectual.

Uno de sus primeros pacientes en Gijón fue mi amigo Paulino Hernández -el dueño de los supermercados "Los Tulipanes"- quien tampoco podía montarse en un automóvil. De ahí que lo esperé en el puente del Piles y fuimos caminando hasta el Sanatorio Marítimo. Media hora después pedimos un taxi y nos fuimos a celebrarlo tomando un vermú.

Las listas de espera eran muy largas porque el doctor Kovacs no quería cobrar y le convencimos de que mucha gente prefería pagar por quitarle sus dolores. Así formó a sus primeros ayudantes médicos. En Gijón tuvo varias clínicas y la última estuvo en la avenida de la Costa, al lado del paseo de Begoña, que finalmente cerró al negarle las subvenciones el Servicio Sanitario del Principado de Asturias.

Así son las cosas.

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