La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

LEOPOLDO ÁLVAREZ ÁLVAREZ | Nuevo gerente del Hospital de Cruz Roja en Gijón

"Mi objetivo es mantener el nivel de actividad quirúrgica y potenciar la geriatría"

"Calculamos que este año atenderemos a unas 1.500 personas y nos quedaremos cerca de las 6.000 intervenciones; notamos un ligero ascenso"

Leopoldo Álvarez, gerente del Hospital de Cruz Roja en Gijón. JUAN PLAZA

El Hospital de Cruz Roja en Gijón lleva meses envuelto en un proceso de cambios. El principal, o al menos el más visible, fue el cambio de la gerencia a principios del pasado mes junio, que puso al geriatra Leopoldo Álvarez Álvarez (Oviedo, 1970) al frente de la histórica institución y que supuso la marcha de Pedro Herce, un abogado muy vinculado a la ciudad y a la propia Cruz Roja. A partir de ahora, Álvarez tiene dos grandes frentes pendientes: la inminente ampliación de Cabueñes -que podría hacer que el Sespa prescindiese en parte de los servicios quirúrgicos que la institución ofrece al sistema público- y perfilar una cartera de servicios a la que se podría añadir, a corto plazo, un servicio de micropigmentación de areolas y pezones para las supervivientes de cáncer de mama.

-¿Qué razón puso Cruz Roja para cambiar la gerencia este año?

-El objetivo de la institución para hacer el cambio fue retomar el modelo sanitario que tenía antes, es decir, hacer que una misma persona con formación en el ámbito médico se encargase tanto de la dirección sanitaria como de la propia gerencia. Es un modelo que funcionó durante años.

-Un gestor y un médico pueden ver necesidades distintas.

-Claro, con esta forma de gestión el criterio está más unificado, porque es una misma persona la que decir la orientación del hospital desde la medicina y desde la gestión más burocrática. Por eso es interesante que el gestor sea también un profesional médico: permite atender a las dos partes.

-Su predecesor estaba muy vinculado a la casa.

-Sí, Pedro Herce era un mítico en la institución y, en ese sentido, cuando le nombraron gerente estaba mucho más familiarizado con el hospital. Yo tuve que empezar de cero. Conocía lo que era el hospital, pero desde fuera. Mi labor inicial ha consistido en ver cómo estamos, qué unidades y servicios tenemos, no sólo por nombre, sino para analizar su funcionamiento. Quería conocer mi espacio de trabajar para trazar los objetivos.

-¿Y qué ha descubierto hasta ahora?

-La valoración inicial me vino a confirmar que este hospital es muy necesario en Gijón y que debe reforzar sus dos áreas fundamentales: la geriátrica, incluyendo la unidad de agudos y la de regeneración, que son referencia, y la quirúrgica, que en Cruz Roja tiene una actividad muy importante. El objetivo, ahora, es mantener este nivel de actividad quirúrgica y potenciar la actividad médica en cuanto a geriatría.

-Pero en los próximos años la actividad quirúrgica de Cruz Roja ya no va a depender tanto de usted.

-Claro, ya. Dependemos de lo que nos demande el Sespa y ahora, y creo que por ahí iba la pregunta, estamos pendientes de la ampliación del Hospital de Cabueñes.

-¿Temen que al ampliarse el hospital público disminuya la actividad de Cruz Roja?

-No es de prever que eso nos pueda suponer un importante problema, pero lo cierto es que no lo sabemos y tampoco veo necesario crear ninguna alarma. Tal vez disminuya, pero el tiempo lo dirá. Siempre hemos dependido de las necesidades del sistema público y nos amoldaremos a los posibles cambios.

-El futuro de la actividad geriátrica en el hospital está más consolidada.

-Sí, bueno, es una especialidad absolutamente necesaria que va a tener que crecer en muchas comunidades y, entre ellas, la asturiana. En esa línea siempre vamos por el buen camino. Ahora que está de moda hablar de la medicina personalizada, creo que la geriatría es un ejemplo claro de eso. Es una especialidad en la que el paciente siempre ha estado empoderado y ha sido el centro de todo. Requiere una valoración integral y continua; siempre se busca que el paciente esté en el lugar adecuado según sus necesidades. En muchas ocasiones nuestros pacientes pueden estar en casa con una asistencia periódica por parte de los servicios sociales, por ejemplo. Siempre buscamos tratar de mantener a la persona en su ámbito, que es como mejor se siente, y buscando mejorar su calidad de vida.

-¿Cómo se puede garantizar una buena calidad de vida a pacientes geriátricos?

-Dándoles una función, proporcionándoles actividades y garantizando, en medida de lo posible, su independencia. Se consigue con equipos interdisciplinares de médicos, auxiliares, trabajadores sociales, fisioterapeutas... Por eso digo que esta especialidad tiene tanto futuro.

-¿El futuro de la geriatría pasa también por la atención domiciliaria?

-Sí, pero nosotros ese servicio no lo prestamos porque creemos que la Atención Primaria de la sanidad pública ya se encarga de eso. En caso de que se planteara esa necesidad en el futuro, no descartamos echar una mano. Al fin y al cabo, sí que es una unidad más del servicio de geriatría que caracteriza a este hospital. Nos gustaría tener todos los servicios propios de la especialidad, pero no es posible. Prestamos los servicios que nos demanda el Principado.

-¿Se puede hacer ya un balance de la actividad de este año?

-No está cerrado, pero sí que se está notando un ligero ascenso en el número de pacientes. Este año calculamos que atenderemos a un total de unas 1.500 personas y, el año pasado, la cifra se quedó en unos 1.400. El objetivo del año que viene es superar ya con creces esos 1.500. Como digo, se trata de un aumento ligero, pero al menos es constante. En cuanto a la actividad quirúrgica, creo que este año nos quedaremos un poco por debajo de las 6.000 intervenciones. El año que viene, como todavía no estarán completadas las obras en Cabueñes, esperamos mantener la cifra. A partir de ahí, ya se verá. El medio plazo está menos claro. También dependeremos de la nueva ley de listas de espera.

-¿Por qué?

-Porque como ahora por ley los hospitales deben cumplir ciertos plazos de listas de espera, es previsible que eso haga que el Sespa vaya a tener que recurrir a hospitales de apoyo como el nuestro. Entre tanto, nosotros estamos centrados en mejorar nuestro servicio geriátrico, que al fin y al cabo es nuestro gran punto fuerte. Hay campos de la geriatría que son mejorables, sobre todo, en el campo de la prevención. En el mundo sanitario invertir en prevención siempre supone un ahorro económico a la larga. Por eso ahora estamos mejorando nuestro diagnóstico de las disfagia y nos estamos formando en la atención de pacientes que, pese a no ser dependientes, están en riesgo de llegar a estarlo. A largo plazo este tipo de mejoras será lo que nos permita seguir trabajando a buen ritmo en Gijón.

Compartir el artículo

stats