"Con el 'Brexit' no hay ningún beneficiado. No sabemos qué va a ocurrir, pero cualquier cosa que ocurra va ser peor de lo que hay ahora". Ese es el punto de partida que planteó ayer la secretaria general de Comercio Internacional de Servicios y Comercio Digital Cristina Teijelo en la jornada celebrada en el Palacio de Congresos gijonés, bajo el título "La empresa española ante el 'Brexit'".

Este acontecimiento que afectará a todo el país tendrá también, de forma innegable, una gran importancia en Asturias. Y como muestra, un dato que facilitó el presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), Belarmino Feito: en los primeros nueve meses del año, las exportaciones de productos asturianos a Reino Unido aumentaron un 46%, alcanzando los 250 millones de euros de negocio, un 7,7% del total de las exportaciones asturianas.

Una situación que, aunque podría parecer paradójica, viene repitiéndose desde que en 2016 se dieran los primeros pasos de la disgregación de Reino Unido de la Unión Europea, como aseguró Javier Parra, director territorial de Comercio e ICEX en Asturias, que aseveró que "Reino Unido llegó a ser el tercer destino de exportación de Asturias, tras Alemania y Francia". La mayor parte del negocio tiene que ver con la industrial del metal, hasta un 75%, seguido de la industria cementera, agroalimentaria o fertilizantes.

Un sector, el del metal, que podría verse especialmente afectado ya que, dentro de la Unión Europea, el propio organismo supranacional establece una serie de mecanismos de salvaguarda que impiden la competencia desleal. Unas cuestiones que dejarán de ocurrir en Reino Unido donde "tendrán que competir contra condiciones desleales", aseguró Teijelo.

Lo que es evidente es que, ante cualquiera de los escenarios que se puedan dar de cara al futuro, las empresas van a tener que adaptarse a nuevos escenarios, con el coste que ello supone, como explicó Javier Miguel Argüello jefe de la Dependencia Regional de Aduanas que explicó que, más allá de los nuevos gravámenes arancelarios que Reino Unido pueda imponer a las mercancías europeas -hasta un máximo de un 4%-, estas se tendrán que enfrentar igualmente a más controles aduaneros. "Las empresas tienen que conocer cuanto antes las reglas del juego para actuar con seguridad jurídica sabiendo las condiciones del mercado", concluyó Feito.