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Las quejas de los gijoneses inducen una intensa campaña de control de mascotas

La Policía Local sancionó el último mes a 70 vecinos, principalmente por pasear a sus perros por la playa San Lorenzo fuera del espacio permitido

Los intendentes de la Policía Local de Gijón Jesús Templado (a la izquierda) y Vicente Alonso, ayer. ÁNGEL GONZÁLEZ

Las reiteradas quejas, conflictos y denuncias ciudadanas han motivado la realización de una exhaustiva campaña de control de mascotas en Gijón -principalmente perros- que ha desarrollado la Policía Local durante este mes de noviembre en la ciudad y con el objetivo de velar por el cumplimiento de la Ordenanza Municipal de la Protección y Tenencia de Animales de Compañía. Una campaña que, además de su carácter informativo, ha servido para sancionar por vía administrativa a alrededor de setenta dueños de mascotas por el incumplimiento de las normas vigentes. La mayoría de estas multas llegaron en el arenal de la playa de San Lorenzo por exceder con los perros las zonas permitidas para ellos. Además, gracias a un dispositivo electrónico que permite la lectura del microchip se han identificado a más de 300 canes, algo que "ayuda mucho por si se pierden", explica el intendente de la Policía Local, Jesús Templado.

La campaña se ha realizado durante todo noviembre -es posible que se repita- y la han llevado a cabo agentes de paisano. "Es la única forma de hacerlo de forma discreta y poder detectar las infracciones", confiesa el Inspector de la Policía Local, Juan Jesús de la Vega, que ha coordinado este protocolo de actuación. Los primeros días, sostienen, desarrollaron una labor informativa, explicando a los dueños la nueva campaña que se llevaría a cabo durante todo el mes, más específica y exhaustiva que el control diario que el cuerpo municipal desarrolla en la ciudad. "No sería lógico que fuésemos poniendo multas sin parar, de hecho no lo hacemos, y por lo general buscamos más informar que denunciar, porque las cuantías son muy altas", defiende Templado. En concreto, las multas a este respecto van desde 300 a 750 euros para las infracciones leves; de 751 a1.500 euros para las graves y de 1.501 a 3.000 euros si son muy graves. Los agentes solo se encargan de aplicar esas normas. Todas tienen un 40% de descuento si se pagan en plazo.

Normas "de sentido común"

Las dos principales obligaciones que tienen los dueños de las mascotas, especialmente sobre los perros -son los animales que más vida hacen en la calle, y que en mayor número tienen presencia en la ciudad-, son, por un lado, el cuidado del propio animal, es decir, que esté bien alimentado, lavado y perfectamente atendido. Por otro lado, "es imprescindible que el dueño tenga un control sobre el animal para facilitar la convivencia con el resto de personas". "La mayoría de normas son de sentido común, a todos nosotros nos encantan los perros, por ejemplo; pero hay personas que les tienen pánico y eso deben tenerlo presente los propietarios", aconseja el intendente.

Tras unos primeros días realizando una labor de información, y pedagógica, a raíz de esta campaña se sucedieron las multas de acuerdo con lo estipulado en la ordenanza. En total se sancionó a unos setenta dueños de perros, principalmente por llevarlos sueltos. El grueso de las multas se interpusieron, según datos de la Policía Local, en el propio arenal de la playa de San Lorenzo, donde se permite el uso de perros fuera de la temporada de baños, es decir, entre el 1 de octubre y el 30 de abril. El sitio habilitado para ellos es hasta la escalera 8 del paseo aunque muchos usuarios exceden de lo permitido. "Se dispuso ese espacio porque era hasta donde tradicionalmente subía la marea, pero no se multa a nadie por acercarse un poco a la 9", asegura Templado.

El siguiente motivo está relacionado también con salir del lugar habilitado para que los canes paseen sueltos. Las sanciones por llevar a perros sin correa en los parques de la ciudad, pero fuera de las zonas reservadas para ellos se colocan en el segundo lugar de la lista, por delante de aquellos que tampoco los llevan con correa por otras zonas de la ciudad. En el cuarto puesto están aquellos dueños que no recogen los excrementos de sus mascotas, no obstante, "actualmente podemos decir que el 95% de los dueños recogen los excrementos en la calle, es algo que la propia sociedad ya no tolera y te lo exige; a veces hemos visto como otros ciudadanos recriminan esta actitud", asegura Templado. "Muchas veces ocurre de forma inconsciente", matiza.

Potencialmente peligrosos

Potencialmente peligrososEl quinto punto, y que merece especial atención, son las sanciones a los propietarios de los perros potencialmente peligrosos por llevarles sin bozal, que lo exige la ley. ¿Qué razas están así consideradas? Según la ley de ámbito nacional son "Pit Bull Terrier", "Rottweiler", "Staffordshire Bull Terrier", "American Staffordshire Terrier", "Dogo Argentino", Fila Brasileiro", "Tosa Inu" y "Akita Inu".

La posesión de estos animales, inciden los agentes, lleva aparejada una serie de obligaciones que exceden de las comunes a todos: el correcto cuidado y el control sobre el perro. En el caso de las razas potencialmente peligrosas se exige ser mayor de edad, no tener antecedentes y disfrutar de un seguro de responsabilidad civil superior a los 120.000 euros. Una vez se cumplen esos requisitos se concede la licencia, "pero es como el carné de conducir, es una licencia personal", recuerda Templado. De hecho, hace meses, se sancionó en Gijón a una paseadora por llevar a uno de estos perros sin tener ella licencia, aunque el dueño del can sí la tenía. Multa de 2.400 euros.

El porqué de la gran cantidad de canes en la ciudad en los últimos años, reflexiona Templado a título personal, está en tres aspectos: el aumento del cariño hacia los animales; el envejecimiento de la población, que busca compañía y el efecto llamada. De ahí que recuerde que tener un perro "supone una responsabilidad, unos cuidados y unos gastos; es como una pequeña hipoteca y hay que estar seguros antes de adquirirlos". Además, recomienda siempre la adopción antes de la compra, recordando que en el Albergue de Serín desempeñan "una labor fantástica".

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