Agentes de la Policía científica del Cuerpo Nacional de Policía de Gijón acudieron ayer al piso incendiado en el número 13 de la calle Prendes Pando, en el barrio de Laviada, para realizar una inspección ocular y determinar así las causas que motivaron el origen del fuego que obligó a desalojar por las ventanas a varios de los vecinos de los pisos superiores y provocó daños en unas siete viviendas del inmueble por las altas temperaturas alcanzadas por las llamas.
Tanto los agentes que acudieron ayer al piso donde se originó el incendio, el 5.º B, como muchos de los vecinos del inmueble -todos han sido dados de alta-, se sorprendieron que los inquilinos del piso hayan vuelto ayer mismo a vivir allí, pese a estar sin luz y con la vivienda. "Tenemos miedo de que pueda pasar una desgracia otra vez", advierte la presidenta de la comunidad de vecinos, Mónica Sevilla, sobre estos vecinos que ya han dado problemas en el pasado. "Son personas muy problemáticas, sabíamos que esto podía pasar en cualquier momento", expresó la presidenta tras saber lo ocurrido. "La casa tiene corriente, por lo que podría haber un cortocircuito", advierte.
Los vecinos tendrán una reunión después de los días festivos para realizar una valoración de tidos los daños y valorar cómo sufragar los gastos de limpieza y desperfectos en las viviendas causadas por el fuego, que según se cree se originó porque el inquilino se durmió con un cigarrillo encendido que prendió el sofá del salón.
