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BEGOÑA FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ | Exconcejala del Ayuntamiento de Gijón

"Nunca más estaré en un gobierno; quien esté, que escuche a la oposición"

"Ser concejala es la mayor aspiración política que tuve y lo más agradecido es cuando puedes actuar"

Begoña Fernández Juan Plaza

Nacida el 2 de diciembre de 1963 en Mieres, Begoña Fernández Fernández estrena los 55 cambiando de vida. Dice adiós a una década como concejala para estar seis meses en la Junta General del Principado. En junio llegará su despedida definitiva de la política.

- ¿Lamenta decir adiós sin llegar al final del mandato?

-En la vida hay que aceptar las circunstancias como vienen. Me hubiera gustado continuar la labor de gobierno que hicieron Tini Areces y Paz Fernández Felgueroso, no pudo ser. Me hubiera gustado terminar este mandato, no pudo ser. Forma parte de las cosas de la vida que, sobre todo con el paso de los años, vas aceptando. Es así y no tiene mayor importancia. En la práctica el mandato está finalizado.

- ¿Tan atractiva es la propuesta de la Junta General?

-Nunca vi las responsabilidades como más o menos importante. Me gusta estar donde puedo ser más útil en cada momento y soy de esa gente que prefiere ser cola de león que cabeza de ratón. Me pareció que allí puedo ser más útil. Aquí, realmente, el trabajo que queda es muy poco.

- ¿No le gustaría llegar al Pleno de aprobación del PGO y el plan de vías con todas las horas que les ha dedicado?

-Lo que me hubiera gustado es un Plan General que se hubiera aprobado primero y eso se podía haber conseguido de haber escuchado un poco más cosas que nosotros dijimos y que Fernando Couto me reconoció. En el plan de vías me hubiera gustado ver más movimientos de obras y no tanta reformulación de proyectos. Foro primó más el planteamiento político que la obtención de resultados prácticos, y eso es algo contrario a lo que debe ser un ayuntamiento. Hay un mandato para hacer las cosas, no toda la vida.

- Tuvo las dos experiencias: ser gobierno y ser oposición. ¿Qué aprendió en cada fase?

-Nunca más voy a estar en un gobierno en mi vida pero a quien esté le diría que escuche a la oposición. No para hacer lo que diga, porque los gobiernos son gobiernos y tienen sus proyectos, pero en ese escuchar siempre hay algo que enriquece. Y en concreto en los ayuntamientos, que deben trabajar por cuestiones de ciudad. Que los gobiernos municipales establezcan un diálogo lo más franco posible con la Corporación sería bueno para todos. Un ayuntamiento no es un parlamento. No merece la pena enredarse en diferencias políticas y teóricas, es mejor dialogar sobre proyecto concretos y dar la posibilidad de sumarse a todo el mundo.

- ¿Y enredarse dentro la oposición como ha pasado con la izquierda en Gijón?

-Foro está en el gobierno porque fue totalmente imposible llegar a un acuerdo de izquierdas. Francamente pienso que Podemos se equivocó de parte a parte. En los años 90 hubo un acuerdo para facilitar la gobernabilidad de la izquierda en muchos ayuntamientos apoyando en cada sitio a la fuerza más votada. Se aplicó con normalidad pero Podemos quiso romper ese criterio. Fue un error que abocó a Gijón a tener un gobierno en minoría. Foro no tenía interés en impulsar la acción pública desde el Ayuntamiento pero es que tampoco podía. La decisión fue mala para la ciudad.

- ¿Cómo ha vivido los enfrentamientos y crisis internas en el PSOE de Gijón?

-En el PSOE tomamos una decisión un poco precipitada cuando dimitió Rubalcaba que fue la de hacer primarias internas. Yo la apoyé totalmente pero ahora tengo dudas de que haya sido lo más oportuno porque los enfrentamientos internos se agudizaron. A mí los nombres particulares no me preocupan mucho, unas primarias tampoco son un casting. Yo defiendo un partido socialista clásico en una línea socialdemócrata clásica. Creo en un partido socialista que defienda los sistemas de representación y que no se deje achicar por quienes de manera egoísta quieren desprestigiar las instituciones.

- ¿Ha sido un orgullo para usted ser concejala de Gijón?

-No lo definiría en términos de orgullo porque a mí sentirme orgullosa me cuesta mucho, no va con mi persona. Pero sí tengo muy claro que de todas las responsabilidades políticas que se pueden tener ser concejala es de las mejores porque da la posibilidad de actuar en lo concreto y práctico y para personas muy próximas, que son tus vecinos y vecinas. Cuanto estás en el gobierno y puedes actuar es de las responsabilidades más agradecidas. Ser concejala es la aspiración política mayor que tuve.

- Tampoco debió ser mal destino el Instituto Asturiano de la Mujer para quien tiene en la igualdad uno de sus mayores compromisos.

-Fue una etapa muy enriquecedora en todos los sentidos. Y muy satisfactoria porque se trabajó mucho pero se tuvieron buenos resultados. Cuando ahora veo las movilizaciones de las jóvenes y el cambio de mentalidad que se produjo en 20 años pienso en todo lo que hemos contribuido desde las instituciones públicas y desde muchas organizaciones.

- Pero hubo que coger el Tren de la Libertad e ir a Madrid...

-Aquella ley del aborto tan restrictiva de Gallardón nos cayó como una losa porque nadie esperaba un paso político que supusiera una involucración tan grande. Pero fue muy reconfortante que dos organizaciones de Asturias, la Tertulia Feminista Les Comadres y Mujeres por la Igualdad de Barredos, encabezaran una movilización que suponía defender la libertad de las mujeres y ver que tuvo un respaldo tan masivo. Era ver la manifestación y sentir que lo que se había sembrado había prendido, que la sociedad había cambiado. Esto va a pasar a los libros de Historia de España como un hito, en lo que representa de cambio social.

- Mira hacia atrás y ve...

-Que no dejó detrás un vacío, que tengo la satisfacción de haber participado en cosas importantes. En temas de igualdad todo lo que tiene que ver con la red de casas de acogida y la Casa Malva, que fue un hito y nos puso a la cabeza de la atención a víctimas de violencia de género en toda España. En el Instituto Asturiano de la Mujer hubo que construirlo todo. Hicimos el primer plan autonómico contra la de violencia de género autonómico después del andaluz, completamos la red de servicios públicos relacionados con la igualdad, apoyamos a las concejalías...

- ¿Y en la Agencia Local de Empleo?

-Hay un equipo de gente magnífico que sigue sosteniendo la gestión. No se movió a nadie de allí y eso indica mucho. En empleo hubo que hacer una reestructuración de los servicios porque nos interesaba que cada desempleado saliera de la Agencia con un mayor valor, con una mejor o más fácil empleabilidad. Tratamos de reformar los servicios de orientación profesional y unir formación y planes de empleo. Unos planes que estaban vinculados a obras públicas y que se vincularon a cosas muy distintas como edición de vídeo, digitalización, instalaciones de energía térmica, se introdujo el sector del metal... Coincidió con el estallido de la crisis en 2008.

- ¿Y?

-Que aunque las cifras de inserción mejoraron pero no mejoraron tanto como se podía esperar porque el contexto económico era muy malo. El momento que más me costo vivir fue ser concejala de empleo y ver que, mes a mes, los datos eran malos y la situación se volvía más complicada. La gente entraba en una situación de desempleo de larga duración y después, a partir de 2011, en un estado de precariedad muy grandes.

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