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La receta para ser felices

La psicóloga Consuelo Junquera reflexiona sobre la convivencia en la era de la tecnología: "Nos hemos olvidado del otro"

Consuelo Junquera, en el puerto deportivo de Gijón. ÁNGEL GONZÁLEZ

A lo largo de nuestra vida convivimos con muchas personas. Padres, amigos, pareja? compartir techo y rutina es fruto de mucha satisfacción, pero a menudo trae consigo discusiones y conflictos. Para la psicoterapeuta gijonesa Consuelo Junquera Guardado, la mala convivencia es "el foco de todos los trastornos psicológicos", una creencia que contrasta día a día con las historias de sus pacientes. Éste es el tema que aborda en su primer libro, "Convivir: gozo y desafío", que presenta el marte en el Antiguo Instituto (19.30 horas). En él profundiza en la raíz de los conflictos cotidianos y da algunas claves para solucionarlos. "Hay una gran laguna en todos nosotros y es que no sabemos amar", explica la gijonesa. "Este es el foco de todos los problemas, y es que nadie nos ha enseñado a desarrollar esta capacidad", sentencia. La psicóloga defiende que, como criaturas sociales, todos necesitamos de los demás, aunque nos empeñemos en buscar la felicidad en cosas materiales. Para aprender a querer, la psicóloga recomienda "ser más empáticos y respetuosos", algo que no siempre es posible pues el ser humano es "profundamente egoísta".

Junquera estudia las tres etapas por las que pasa el hombre hasta llegar al amor pleno, ese que nos hace vivir sin ataduras y para el otro. "La primera es el egoísmo y el narcicismo. La siguiente fase pasa por reconocer ese egoísmo y empezar a comprender al otro. Finalmente llega la madurez en el amor, en la que la gratuidad prevalece sobre el egoísmo y el hombre llega a su máxima autenticidad", explica. Ese encuentro con el otro no siempre es fácil. Según Junquera, hay una barrera que impide avanzar: el propio egoísmo. "En una discusión, siempre pensamos que es el otro el que debe modificar su conducta", explica, "lo primero es dejar de mentirnos y pensar que es el otro el que debe de cambiar". Para la psicóloga, el motivo por el que se originan la mayor parte de las discusiones es porque nos evocan al pasado. "Tenemos una hipersensibilidad, y a menudo consideramos un ataque personal lo que no lo es".

El libro aborda el tema de la hipersensibilidad y cómo todas las personas tenemos filtros que distorsionan la realidad. "Hay que aprender a desconectarse de uno mismo. Lo que nos afecta no son las palabras o las conductas del otro, sino que éstas despiertan heridas del pasado que no han sido cerradas". La autora también ofrece unas pautas para favorecer el diálogo entre las personas, otro de los obstáculos para una buena convivencia. "Creo que leer el libro en conjunto puede ser de mucha ayuda para aprender a poner nombre a las cosas que nos pasan por dentro", señala.

La irrupción de la tecnología en los hogares no ha ayudado a favorecer este diálogo, y ha contribuido, según Junquera, a hacernos más egoístas. "Cada uno va con su tablet y su internet y se olvida de las necesidades del otro. Hemos avanzado mucho en tecnología, pero nos hemos olvidado de desarrollar nuestras cualidades humanas", sentencia. Junquera es licenciada en Filología, Lengua Española y Psicología, máster en Psicoterapia e inició su profesión como maestra en el Colegio del Santo Ángel.

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