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Las manchas contaminantes regresan a la playa de San Lorenzo

El litoral mostraba el domingo espumas viscosas y suciedad al tiempo que volvieron a aparecer ratas muertas en la arena

Espuma sucia en el hueco de una escultura de arena en la playa. JAM

Volvió a saltar la alarma ciudadana el pasado domingo en el entorno de la playa de San Lorenzo: pasadas las seis de la tarde, con la pleamar, numerosos paseantes del Muro se percataron de una enorme mancha de suciedad en la zona próxima a la desembocadura del Piles. Pese a que estaba anocheciendo, era visible desde el paseo una extensa mancha viscosa de espumas, aunque en esta ocasión no había un fuerte olor maloliente, como sí ocurrió el pasado mes de junio, cuando el Ayuntamiento se vio obligado a cerrar el arenal e impedir el baño por la aparición de restos fecales.

Según testimonios presenciales, "el vertido bajaba por el cauce del Piles y toda la playa mostraba espumas sucias de contaminación". En la mañana de ayer volvieron a aparecer ratas muertas sobre la arena de San Lorenzo, como muestra una de las fotografías que acompañan a esta información.

El hecho de que las espumas aparecieran cuando ya estaba anocheciendo no impidió que muchos gijoneses, habituales del paseo vespertino dominical por el Muro, contemplaran el "lamentable espectáculo", según la persona que alertó a este periódico del problema.

Los primeros episodios contaminantes en el principal arenal gijonés este año se remontan al 25 de mayo, cuando la voz de alarma la dieron a este periódico un grupo de surfistas que practicaban su deporte favorito en el litoral. "Huele a mierda de la de verdad", denunciaron los surfistas, que ya en la orilla se encontraron "falsas espumas que al pisarlas desprenden un fuerte olor a heces". "Es insoportable, hasta pensamos que se había roto un emisario", señalaron. Los ecologistas, por su parte, consideraron que esas manchas oscuras procedían "de toda la basura que arrastra el Piles".

Los mismos hechos volvieron a repetirse un mes después, lo que obligó al Ayuntamiento a prohibir el baño en dos ocasiones, tras realizar análisis de muestras de agua que confirmaron la presencia de bacterias fecales por encima de los límites permitidos. El equipo de gobierno relacionó esos episodios con las fuertes lluvias de finales de mayo y junio, que obligaron en alguna ocasión a abrir los aliviaderos del río Piles. Y puso la solución a este problema en la próxima construcción del pozo de tormentas del parque de los Hermanos Castro.

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