Gijón se viste de Navidad por los cuatro costados con multitud de actividades festivas y solidarias: nacimientos, conciertos de villancicos, recogidas de juguetes y reparto de felicitaciones navideñas son sólo algunas de las iniciativas que ayudaron ayer a preparar las fiestas que se avecinan.

En la parroquia de San Pedro pueden presumir de tener un belén cada vez más grande, que este año ocupa "más de 40 metros cuadrados", como señalaba ayer el párroco, Javier Gómez Cuesta, en la puesta de largo de un nacimiento compuesto por figuras de Olot, de Murcia y varias de Italia con movimiento. José Antonio Braña y Juna Manuel Guardamuro se han encargado del montaje y los efectos lumínicos en un belén en el que amanece, oscurece y cantan los gallos y mugen las vacas. También pueden presumir en la parroquia de ser "uno de los nacimientos con más corderos del mundo", bromeaba Gómez Cuesta antes de dar paso al concierto protagonizado por el Orfeón San Lorenzo y la Banda Unión Musical del Principado, que ofecieron un recital de villancicos y música religiosa navideña en el que no faltaron piezas como el Adeste Fideles o el Portalín de Piedra. En Somió también inauguraron el belén parroquial, una laboriosa creación de los jóvenes de la parroquia que la sitúa entre las de más raigambre belenística de Gijón. A las puertas del templo estuvieron miembros de la Fundación Coprodeli vendiendo productos artesanales de Perú.

Los más pequeños fueron igualmente protagonistas ayer en la parroquia de los Carmelitas, en la que celebraron una ofrenda con villancicos antes de salir a la calle para convertirse en "sembradores de estrellas". Se tata de una iniciativa que lleva varios años en marcha, por la cual los niños de catequesis de entre ocho y 12 años, acompañados por un grupo de padres, recorren Gijón para felicitar la Navidad a los paseantes en nombre de los misioneros. Participaron más de un centenar de pequeños, que a lo largo de la mañana y en diferentes barrios de la ciudad pegaron estrellas con mensaje navideño en la solapas de los gijoneses para "recordarles que hay muchas personas trabajando lejos de aquí para mejorar la vida de otras personas".

En la parroquia y el colegio del Corazón de María recogieron alimentos durante toda la manaña, con cerca de 200 personas involucradas. En los días previos los niños buzonearon octavillas con la iniciativa en el barrio de La Arena y El Coto, para que los vecinos pudieran colaborar ayer con sus aportaciones. Fue todo un éxito, con un aluvión de productos de higiene y comida no perecedera que se reparte entre entidades como Cáritas, Proyecto Hombre, Cuantayá o la casa de madres gestantes de La Guía. Con los productos que se recogen estos días, Cáritas parroquial del Codema atiende a unas 150 personas necesitadas "durante al menos siete meses", indicaba ayer Aitor Castaño, coordinador de Pastoral del centro.

Buenas acciones que llegan a todos los ámbitos.