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Investigación desarrollada por la Guardia Civil

Golpe al tráfico de armas

"Nunca imaginamos que pudiese tener ese arsenal", asegura el agente que lideró en Gijón las investigaciones de la "operación Golade"

Munición incautada en Gijón tras la investigación. COMANDANCIA DE LA GUARDIA CIVIL DE GIJÓN

Un anuncio en un portal de internet, sin aparente malicia, hizo sospechar a los expertos investigadores del Grupo de Información de la Guardia Civil en la Comandancia de Gijón. Tan pronto como comenzaron a escarbar vieron que estaban ante algo de mucha importancia. "Pensamos que podía haber alguna más, pero nunca imaginamos que tantas", reconoce el jefe de la unidad en Gijón que logró retirar del mercado 322 armas, muchas de ellas prohibidas y otras tantas de guerra durante los registros realizados durante la ya conocida "operación Golade", una de las más importantes operaciones de los últimos años contra el tráfico de armas y que se inició en Gijón.

La investigación comenzó a principios de año. Un individuo ofertaba una pistola que por su elevado valor podría estar habilitada para disparar o, en su defecto, con opciones de rehabilitarse. Las pesquisas fueron minuciosas, con escuchas telefónicas amparadas por el Juzgado y gran parte del grupo de Información dedicado a esta operación. "Era muy rigurosos en sus sistemas de seguridad, utilizaban un lenguaje convenido y aplicaciones seguras como el 'Signal' -similar al Whatsapp, pero mucho más encriptada y con un sistema que permite poner fecha de caducidad a los mensajes y archivos enviados- y en ocasiones conversaciones a través de la red profunda", explica el investigador. "Este tipo de gente trabaja en pequeños círculos de confianza a los que es muy difícil acceder; las medidas de seguridad que tenían era muy elevadas", resaltan.

Al investigar, detectaron un hecho que generó preocupación: uno de los gijoneses detenidos era drogodependiente y consumidor habitual. Esas armas -fusiles de asalto de fabricación soviética AK-47 o subfusiles UZI del ejército israelí, por ejemplo- podrían acabar en manos equivocadas. "Si hubiésemos detectado esa posibilidad, se habría precipitado la operación y hubiésemos intervenido antes", resalta. ¿Cómo se confirmaron las sospechas? "Llegamos a la conclusión que buscaban un arma corta, tipo revólver que le había pedido el detenido de Madrid. Uno de los gijoneses contactó con otra persona en Torrelavega, también detenido, para ver si lo tenía; esa transacción no se llegó a realizar, pero nos dio los datos para suponer que las tres personas estaban cometiendo un delito", desvelan desde la Comandancia de Gijón. Las detenciones, en cordinación con Madrid, permitieron descubrir un enorme arsenal: 322 armas de todo tipo -el 80% incautadas en Gijón- y más de 30.000 cartuchos y munición. Pero no quedó ahí. Uno de los gijoneses tenía un taller clandestino de 8 metros cuadrados equipado con soldador, sopletes y hasta un torno para rehabilitar armas de fuego y hacer nueva munición con la pólvora intervenida, más de diez kilos.

La exitosa operación, que se saldó con cuatro detenidos, no queda ahí. Por delante tienen la ardua labor de inventariar el material incautado y determinar si fue fueron utilizado en algún otro ilícito. Al menos, cuentan con la satisfacción de haber cerrado una de las más importantes investigaciones contra el tráfico de armas en España de los últimos años.

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