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El maestro inmortal de Platón

Los alumnos de IES Doña Jimena representan "La muerte de Sócrates", y el filósofo griego se convierte en ejemplo eterno

Un momento de la representación de los alumnos del IES Doña Jimena. ÁNGELES BAYÓN

Escuchemos a Sócrates en el diálogo "Teeteto" de Platón: "Yo nada sé y soy estéril; pero puedo servirte de partera, y por eso hago encantamientos para que des a luz a tu idea"; y también: "El dios me obliga a asistir a otros, pero a mí me impide engendrar". Si en su búsqueda de la verdad Sócrates parte de la llamada ironía (el maestro reconoce que sólo sabe que no sabe nada), esa búsqueda continúa con la mayéutica, el arte de la comadrona, el oficio de su madre, es decir, el arte de hacer preguntas de tal forma que los demás alcancen la verdad, si esto es posible, con la ayuda de Sócrates pero también por sí mismos. Sócrates es, en verdad, un maestro muy raro que no tiene nada que enseñar, no afirma estar en posesión de verdad alguna y busca a los demás para, junto con ellos, emprender la búsqueda de esa verdad.

Sócrates nada sabe y es estéril, pero puede ser la partera que nos ayude a dar a luz a las ideas. Porque la mayéutica es un medio para llegar a la verdad, no un divertimento para pasar el rato y ridiculizar a los atenienses. Aristóteles dice en la "Metafísica" que dos cosas se pueden atribuir a Sócrates: los razonamientos inductivos y la definición de lo universal.

Otra cosa es que esa búsqueda inductiva de la verdad, de la definición universal de belleza, piedad o cualquier otro concepto moral no termine con una definición universal.

Como sabía Billy Wilder, nadie es perfecto. Pero, como dice Sócrates en el "Teeteto" platónico: "Los que tienen trato conmigo, hacen admirables progresos, pero no aprenden nada de mí, pues son ellos mismos y por sí mismos los que descubren y engendran muchos y bellos pensamientos". No está mal, para tratarse de un maestro que no puede enseñar nada.

Por eso Sócrates gusta tanto a los jóvenes. ¿Cómo no va a gustar a los jóvenes un filósofo tan raro que dice "habla, para que te vea"? Por eso la muerte de Sócrates conmueve tanto a los jóvenes.

¿Cómo no va a conmover a los jóvenes la muerte de un filósofo que amaba las preguntas, a sus amigos, a la sabiduría, a la justicia y al amor? Por eso los jóvenes estudiantes del IES "Doña Jimena" ensayaron tanto para representar "La muerte de Sócrates", basada en textos de Platón, y por eso invitaron a sus compañeros del instituto y a otros compañeros del IES "El Piles" de Gijón y el IES "Bernaldo de Quirós" de Mieres a pasar un rato con Sócrates, con Critón, con Apolodoro, con Jantipa y con el mismo Platón.

¿Cómo no van a emplear esos jóvenes actores los recreos y algunas tardes en preparar un homenaje a un filósofo que es una especie de Joan Miró de la Filosofía? Porque si Miró es el pintor al que todos los niños imitan, Sócrates es el filósofo al que todos los jóvenes se parecen en las tardes de verano, mientras disfrutan del sol y de la vida en compañía de sus amigos.

Por eso la Filosofía no sirve para nada. ¿Cómo va a servir para algo una disciplina que vale para todo, desde llenar un salón de actos con jóvenes estudiantes a entender el valor de emplear el último aliento en recordar a un amigo que le debe un gallo a Asclepio? Qué tontería.

Casi como diría el gran B. B. King, ojalá la Filosofía viva para siempre, y Sócrates para siempre y un día más.

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