La magia se coló ayer por la ventana del Hospital de Cabueñes. En un cuarto de la sexta planta, en la unidad de Pediatría, varios niños jugaban distraídos cuando un invitado muy especial llegó a visitarles. Se trataba de Papá Noel. En vez de por la chimenea, esta vez entró por la ventana, y lo hizo sobre una autoescalera de los bomberos con la que subió seis pisos.

Los más pequeños no daban crédito. "Yo este año sólo había escrito carta a los Reyes", decía Zaida Suárez, de 10 años, que estaba ingresada en Cabueñes por una infección de orina. Zaida recibió junto a otros ocho niños caramelos y regalos de Papá Noel, que tampoco se olvidó de visitar a los bebés de apenas unos meses.

Lo que iba a ser una Navidad aburrida terminó por todo lo alto. "Que hayan organizado esto un día como hoy es muy bonito", señalaba Laura Pérez, la veterana de los niños que estaban ayer en Cabueñes. Tiene 18 años y está ingresada con anginas.

Papá Noel llegó acompañado de un séquito de ocho bomberos, que jugaron con los niños y les dejaron probarse sus cascos y otros elementos del equipo. El mejor momento llegó cuando Papá Noel abrió su gran saco. Cada niño recibió un regalo muy especial. "A mí me ha traído un juego de mesa", explicaba Alejandro Cerbián, de 12 años, que es de origen paraguayo y estaba hospitalizado junto a su hermana Verónica. A ella, que ingresó en Cabueñes tras sufrir una caída esquiando, Papa Noel le regaló otro juego de mesa para edades más avanzadas. La actividad terminó con la actuación de un mago que enseñó a los niños varios trucos y arrancó unas risas a los presentes.

La iniciativa parte del cuerpo de Bomberos de Gijón, que buscaba organizar algo solidario para estas navidades. "Es la primera vez que hacemos algo así. Hemos visto que en otros lugares de España se hacía, y no queríamos quedar atrás", señala Daniel López, uno de los organizadores.