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El 5% de los adolescentes de Gijón sufre ludopatía o está en riesgo de padecerla

"Ahora está más de moda ir a una casa de apuestas que hacer botellón", subrayan los profesionales que estudian los nuevos perfiles de dependencias

El 5% de los adolescentes de Gijón sufre ludopatía o está en riesgo de padecerla

El 5% de los adolescentes gijoneses son ludópatas o juegan con la suficiente frecuencia como para ser considerados un grupo de riesgo. Este dato, que se repite por buena parte de la región, es una de las principales conclusiones de un reciente estudio, aún pendiente de ser publicado, elaborado, entre otros, por Víctor Martínez-Loredo, investigador de la Universidad de Oviedo. Pese a lo llamativo del dato, no obstante, lo cierto es que, de momento, los expertos no pueden hablar de repunte alguno. "Los números que tenemos, que vienen a ser similares a los estudios nacionales, siguen sin demostrar un aumento de la prevalencia en ludopatías. Ahora se habla más porque es una forma de ocio que se está poniendo de moda, pero desde hace años sabemos que el 80% de los jóvenes consumen alcohol y nadie hizo saltar las alarmas", razona el experto.

Este estudio es, en realidad, la continuación de un primero que analizó, hace un par de años, el comportamiento de más de mil adolescentes de Gijón, Oviedo y Avilés. La nueva revisión utiliza una muestra mucho más pequeña (152 participantes) y combina las preguntas del último estudio de la Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España (Estudes) con variables de metodología propia. "Está siendo muy interesante porque los datos oficiales del plan nacional no concuerdan del todo con los que estamos recogiendo nosotros", explica el experto. "En cuanto al juego, la prevalencia que nosotros manejábamos era de un 39%. Después, el plan nacional de drogas apuntó a un 44%. Ahora, nos hemos encontrado con hasta un 45%, así que sabemos que hay un pequeño incremento, pero nuestra muestra no es lo suficientemente grande como para poder ser categóricos. Está aumentando, pero los porcentajes, de momento, son orientativos", razonó. Que casi la mitad de los adolescentes jueguen, no obstante, no quiere decir que tengan un problema de ludopatía. "Esto simplemente nos informa de que la forma de ocio está cambiando. Muchos de los encuestados habían jugado, sí, pero una o dos veces en el último año y por una cuestión social, para estar con sus amigos. Solo un 5% tiene problemas serios con el juego o entra en el grupo de riesgo. Es preocupante, pero no lo suficiente como para ser alarmistas", razona Martínez-Loredo.

Podría hablarse, incluso, de una ventaja en el aumento del juego. "Como el ocio está cambiando los últimos estudios cifran en un 75% en el consumo de alcohol cuando, hasta ahora, el porcentaje era del 80%. Son cinco puntos de mejora y eso es muy importante señalarlo. Ahora está más de moda ir a una casa de juegos que hacer botellón. El problema, claro está, es que el juego es potencialmente adictivo", resume. Gracias a este segundo estudio -con encuestados que de media tienen 15 años- Martínez-Loredo y su equipo han llegado a conclusiones más concretas. "Muchos estudios analizan las drogas químicas por un lado y el juego por otro. Pero hay muchos adolescentes que combinan las dos cosas. Nosotros cruzamos preguntas de juego y drogas y analizamos los subgrupos más comunes. Uno de ellos, por ejemplo, fue el formado por hombres que fuman y beben alcohol de manera abusiva, pero no juegan. Otro de los subgrupos hallados está formado únicamente por jugadores que ni beben ni fuman. Fueron el 18% de los encuestados", resume. "Luego tenemos un 10% de jóvenes a los que llamamos usuarios amplios porque son adolescentes que consumen alcohol, tabaco y cannabis y son bastante activos en todo ese mundo de los juegos de apuestas. El más común es la lotería, que es una forma de juego de la que no se habla mucho y es, en realidad, muy adictiva. Las chicas juegan más a los rascas y al bingo. Ha sido un estudio muy interesante porque las conclusiones son muy variadas, pero nos ha demostrado lo difícil que es categorizar. Hay mil variables", añade. El experto considera que el análisis del juego permitirá "abrir la veda" para que conductas como la adicción a las compras o el sexo acaben también por ser consideradas y tratadas como adicciones.

El psiquiatra Eduardo Carreño, por su lado, explica que las adicciones no relacionadas con sustancias no tienen un seguimiento epidemológico a nivel nacional. "Lo único que podemos analizar es el número de pacientes que nos llegan a las clínicas y ahí sí que vemos un aumento de las consultas, sobre todo, por problemas con el juego, pero también por los relacionados con las compras o los videojuegos. Son actividades que tienen una recompensa muy inmediata y el cerebro busca repetirlas", comenta. "El juego se ha empezado a analizar este año y, en mayo, se aprobará el estudio del uso de videojuegos en todo el mundo gracias a la presión de China y Japón. Son problemas muy similares entre sí porque en todos ellos el usuario se ve incapaz de controlar su conducta", completa el catedrático Julio Bobes.

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