El Ayuntamiento comenzará 2019 con un presupuesto de gasto de 199.906,131,24 euros. Esa es la cifra que aparece en el decreto de prórroga firmado ayer por la mañana por la alcaldesa de Gijón, la forista Carmen Moriyón. Una cifra que supone el presupuesto inicial más menguado desde 2016, queda 27 millones por debajo del presupuesto de partida que es el de 2017 -el último aprobado en un Ayuntamiento que suma su segunda prórroga consecutiva- y "pierde" 26 millones con respecto a las necesidades de gasto que Foro fijó en el proyecto presupuestario para el año que viene que nunca llegó a presentar al Pleno.

Ana Braña, edil de Hacienda, mandaba un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía basado en la experiencia acumulada en la gestión de prórrogas -van tres este mandato- que ya tiene el gobierno de Foro. "Trabajaremos para que el Ayuntamiento no se pare y el ciudadano no lo note", sentenciaba. Las primeras modificaciones ya están en marcha de cara al Pleno de febrero.

Los recortes más evidentes se dan en los capítulos de inversiones reales, transferencias de capital y activos financieros -donde la normativa limita al máximo la capacidad de prorrogar partidas- pero también resulta un problema el desfase de tres millones en el capítulo de gastos de personal. Foro fija la necesidad en unos 60,5 millones y el presupuesto prorrogado se queda en 57,5 millones. Tocará hacer ajustes para pagar, sí o sí, las nóminas. "Es un incremento de la masa salarial que viene impuesto por ley y que vamos a afrontar con excedentes de otros capítulos y remanente", explicaba ayer la edil de Hacienda, Ana Braña. No hay que olvidar que la ley de presupuestos fijó una subida para el personal público del 1,75% en 2018 y el 2,25% en 2019 que la administración municipal debe asumir.

Las inversiones reales prorrogadas se quedan en 586.206 euros cuando el borrador presupuestario forista marcaba 9,5 millones y las transferencias de capital -donde tienen cabida las cuantiosas subvenciones a fachadas y barrios degradados- pasan de una previsión de 6,1 millones a 362.500 euros. El desfase en negativo de la suma de ambas partidas es de 14,7 millones. Y a él hay que sumar 4,4 millones que se pierden entre lo proyectado y lo prorrogado en el ámbito de activos financieros, donde van las aportaciones a Gijón al Norte, la Zalia y la Laboral Centro de Arte.

Atención a los convenios

Los desfases entre las partidas prorrogadas y las necesidades en estos tres capítulos son los que se solventarán con la contratación el mes que viene de un préstamo que ronda los 17,8 millones de euros. Y que aún puede subir algo más. El préstamo dará soporte a dos modificaciones presupuestarias para inversiones: la primera de unos diez millones para las inversiones ya comprometidas por contrato y otro para nuevas actuaciones a negociar con los grupos de la oposición. Uno de los problemas de vivir en prórroga, además de la ralentización de los tiempos, es la necesidad de llegar constantemente a acuerdos políticos para sacar los ajustes adelante en el Pleno. Algo complicado en una Corporación tan fragmentada y más en año electoral. En estas modificaciones van los cerca de seis millones para fachadas y barrios degradados.

En 80 millones, cuando el planteamiento era gastar 84, se quedan las transferencias corrientes. El grueso del dinero "perdido" eran ampliaciones previstas en el trasvase de recursos del Ayuntamiento a sus organismos autónomos y empresas. Por ejemplo, 2, 6 millones más para la Fundación de Servicios Sociales. Ahora todos los entes tendrán que reajustarse a las cifras de partida, esperar ampliaciones para su actividad y, al tiempo, asumir las necesidades de incremento en el gasto de personal.

En el capítulo de transferencias están también los convenios nominativos. Braña calcula en unos 670.000 euros el dinero necesario para atender a las entidades a las que no se podrá prorrogar el convenio. Una cifra que está muy lejos de los casi 4 millones que hubo que gestionar por esa vía en la modificación de 2016. A partir de ese momento se optó por convenios plurianuales para dar más seguridad a todos.

Hasta aquí las partidas que pierden dinero pero hay alguna que gana. El ejemplo más claro son los gastos financieros donde se prorrogan 1, 7 millones y sólo se calcula necesitar unos 880.000. Los gastos corrientes quedan casi igual con la necesidad solo de ajustarse en 350.000 euros. Jugando con esas subidas, el préstamo y el fondo de contingencia, Ana Braña considera que la diferencia práctica se queda en unos seis millones de euros.