Salvar vidas está al alcance de todos. Hasta de los más pequeños. Así pudieron comprobarlo ayer decenas de niños que pasaron la tarde practicando la reanimación cardiopulmonar (RCP) en un taller organizado por la Fundación de Transportes Sanitarios de Asturias en Mercaplana. La actividad, en la que también participaron adultos, estaba especialmente pensada para los niños, que alternaron los juegos que ofrece el salón navideño con este taller formativo, en el que pudieron visitar varias ambulancias y conocer de cerca material sanitario.

"La intención de esta actividad es básicamente concienciar de que sólo con las manos pueden salvarse vidas", explicaba ayer Juan Manuel Sánchez, presidente de la Fundación de Transportes Sanitarios de Asturias, que coordina la actividad en colaboración con Transisa por segundo año. "También se busca que los niños se familiaricen con las ambulancias, por si algún día tienen que subirse a una tengan menos miedo", añade.

Varios técnicos sanitarios explicaron a los participantes todo el procedimiento que deben seguir en caso de presenciar una parada cardiaca. "Lo primero es ver si la persona responde a algún estímulo", recitaba Daniel García, de 9 años, que se desplazó desde Avilés y enseguida memorizó todos los pasos a seguir. "Luego hay que llamar al 112, y antes de que llegue la ambulancia, intentar reanimar a la víctima con las manos", explicaba. "Es muy cansado, pero lo veo muy útil por si algún día estoy solo en casa y les pasa algo a papá o a mamá", indicaba.

En la reanimación cardiopulmonar la técnica es fundamental, y los niños pudieron conocerla de cerca y practicar con un muñeco. "Es muy importante la colocación de las manos, la postura del cuerpo y localizar bien el punto sobre el que se debe hacer el masaje", señalaban los técnicos.

Muchos de los niños ya conocían la técnica porque habían tenido la misma actividad en el cole, pero aún así decidieron pasarse a echar un ojo. Los mayores también se animaron a participar, y practicaron además con la reanimación a bebés.

La segunda parte de la actividad consistió en la visita a varios vehículos sanitarios. "El vehículo estrella de este año es una ambulancia especial para gente con peso superior a 150 kilos, es la primera en Asturias", señalaba Juan Manuel Sánchez. Además de ambulancia, los niños pudieron visitar coches de rally y unidades de apoyo logístico y sanitario.

"A mí lo que más me gustó fue el coche que emplean en los rallies", explicaba Ángel Méndez, de 7 años, en referencia a un vehículo equipado para intervenciones sanitarias en carreras automovilísticas. "Yo he visto varias camillas y un respirador", señalaba Darío Rodríguez, de 8 años.

Y es que los peques pudieron conocer de cerca el equipo sanitario de las ambulancias, como los respiradores, desfibriladores y aspiradores de secreciones, entre otros. "Me han puesto un collarín y un aparato en el dedo (pulsioxímetro) para ver el oxígeno en sangre", afirmaba Adela Fernández, de 7 años. "A mí me ha gustado el aparato del oxígeno. He pensado en ser médico de mayor, pero me da un poco de yuyu", decía Daniel Figueras, de 6 años.