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Rubén González Hidalgo | Director gerente de Gijón Impulsa

"Gijón debe continuar siendo el referente en innovación en el norte de España"

"Tenemos lista de espera permanente de empresas"

Rubén González Hidalgo (Gijón, 1985), tuvo su primer contacto con la Milla del Conocimiento siendo alumno de la vecina Escuela Politécnica de Ingeniería. Hizo el Bachiller en el Instituto Emilio Alarcos, y en el campus local obtuvo la licenciatura de ingeniero químico. Al terminar cursó un máster en Sistemas de Gestión Empresarial. Tras pasar por el Club Asturiano de Calidad, estuvo seis años en Idesa, una ingeniería en la que completó su formación hasta que el gobierno de Carmen Moriyón -y, en concreto el concejal de Desarrollo Económico, Fernando Couto- se fijó en él para dirigir la entidad Gijón Impulsa, esa gran fábrica que tiene la ciudad.

- Renovaron este año el sello de Ciudad de la Ciencia y la Innovación. ¿Sigue siendo eso el emblema de Gijón para Asturias?

-Para Asturias y para España. Nosotros cuando salimos a competir en la cancha nacional salimos guapos y salimos en forma. Para nosotros renovar el sello es reafirmar nuestro compromiso: queremos que Gijón sea una ciudad abierta, innovadora, donde seamos capaces de trabajar cada vez más y mejor en emprendimiento e innovación y eso pasa por que la sociedad de Gijón entienda de qué va esto, y explicarlo en los colegios y en los barrios. Y que se traduzca en cómo eligen los alumnos lo que van a ser el día de mañana. Tener ese sello significa estar comprometido para los próximos años y trabajamos por ello, como también lo hacemos en la Fundación Cotec, que es el principal lobby nacional de la I+D. Desde ahí pedimos más inversión a la investigación y a la innovación y emprendimiento de más calidad. Estábamos Madrid, Valencia y Gijón y ahora Valencia ya no está, con lo cual Gijón tiene que seguir siendo referente en el norte de España pero también en el resto del país.

- ¿Han podido medir el impacto de lo hecho hasta ahora?

-Solo se puede hacer una comparación orientativa de lo que pasa. En nuestras instalaciones estamos con un millar de empleos, sólo el fondo de capital riesgo ha generado ya 500 empleos asociados a esa inversión. Y en el fomento de la innovación nuestra base de cálculo es cuántos proyectos somos capaces de definir. El dato de la Milla para nosotros también es un baremo de lo que estamos haciendo: que tengamos más de 4.000 empleos en ese ámbito y 172 empresas cuando en 2010 teníamos la mitad significa que lo que estamos haciendo está sirviendo para algo. Luego un indicador perverso es que no seamos capaces de absorber a todas las empresas que quieren venir a Gijón. Tenemos más demanda de lo que somos capaces de generar pese a que nos gustaría atender a todo el mundo inmediatamente.

- ¿Hay alguna multinacional en espera de desembarcar en alguno de los distritos de innovación de Gijón?

-Tenemos lista de espera permanente de empresas que quieren venir a Gijón tanto en los viveros como en las empresas consolidadas que superan los cinco años o las propias multinacionales pero que son algunas que ya están en Asturias. Hay alguna otra que no está todavía en la región pero su forma de llegar no es adquiriendo suelo. Lo que nos piden las multinacionales es saber qué empresas de 10 a 40 trabajadores están aquí y son especialistas en un tema que a ellos les interesa y es a través de ellos como llegan a Gijón. Y para eso la herramienta de capital riesgo está siendo espectacular como ocurrió con compañías como Altabox o Cubers. Las multinacionales quieren eso: una operación con una empresa que esté aquí y cuente con un nivel aceptable y una especialización que le interesa. Nuestra línea a seguir para aumentar la dinamización empresarial es crear proyectos de más impacto en innovación. Y ahí tienes que tener mucha base haciendo que los proyectos de innovación cada vez sean mejores y logres unos pocos que valen mucho.

- ¿Con qué propósitos afrontan el nuevo año?

-En el capítulo de desarrollo e infraestructuras este año estamos acabando mucho. Veníamos de 3.000 metros cuadrados desarrollados y aunque no vamos a hacer eso de techo en 2019 sí queremos acabar las actividades previstas en Quinta la Vega, el edificio nuevo del Parque Científico y Tecnológico y meter ahí las empresas, y si surgiera alguna oportunidad más de una colaboración para algún edificio que pudiera tener uso de oficinas lo haríamos.

- En suelo, ¿qué tipo de proyectos manejan?

-Queremos dejar definida la estrategia a seguir tanto en la zona de la Pecuaria como en Naval Gijón de manera que una vez aprobado el PGO haya un camino claro de las cosas que hay que ir haciendo.

- ¿Cuál es el próximo paso en la zona de la Pecuaria para habilitar nuevos espacios para empresas?

-Todo lo que hicimos allí está ocupado al 100% y hay necesidades crecientes de más espacio para algunas empresas. En lo que es suelo, al lado del Parque Tecnológico (en el enclave original) quedan siete parcelas y tienen un adjudicatario provisional tres de ellas que implican una inversión de 3,6 millones de euros y una generación de 15 empleos sobre las que ya tienen. Las tres parcelas son para una misma empresa. Y en las cuatro restantes tenemos varias operaciones abiertas. Con eso acabamos el Parque, porque ya no hay más suelo ni techo por desarrollar. Entonces tenemos la vista puesta en que la zona de la Pecuaria se consolide como actividad de Parque Científico y Tecnológico.

- ¿Y qué soluciones plantean para atender esa demanda?

-Las empresas tecnológicas llegaban aquí en los años noventa o 2000 de una forma distinta a ahora. Y es una cosa en la que queremos hacer pedagogía. La innovación ya no va sólo vinculada a contratos con la Universidad, con lo cual tenemos que ver la forma en que las empresas desarrollan proyectos porque es muy distinto a las cláusulas que se ponían antes y, por otro lado, las empresas tecnológicas no invierten en ladrillo. Vienen de la mano de otra empresa que es la promotora del edificio y ellos rentan. Es una de las cosas que estamos estudiando, de ahí sacamos el plan estratégico tanto de la ampliación del parque como de la zona nueva para estudiar todas esa fórmulas nuevas de atraer inversión. Los edificios ya no pueden ser cubos acristalados, se va a edificios más horizontales porque la jerarquía va desapareciendo dentro de las organizaciones.

- ¿Qué más características tiene ese nuevo modelo de innovación?

-Se plantea una mayor predominio de las zonas verdes con un urbanismo más abierto, menos parque cerrado con muros y vallas. Es un concepto más abierto en general.

- ¿También para la zona de Naval Gijón?

-Ahí estamos pensando qué tipo de edificios, cómo va a tener que ser la inversión, con la peculiaridad de que incluye más actividades que la tecnológica. En el Intra lo que estamos viendo es cómo pensamos un distrito de innovación para los próximos 40 años y en Naval Gijón, cómo pensar un distrito urbano que recicle una zona costera y que cumpla las condiciones de actividades tanto PCTG como las otras que están en torno a ella. Ahí en vez de crecer mucho en suelo quizá haya que crecer en altura, con un gran edificio, dos o tres con toda la actividad acumulada y el resto que sean espacios públicos que la gente pueda disfrutar de ellos.

- ¿El crecimiento para el Intra seguirá siendo más horizontal?

-Sí, es otro tipo de urbanismo. Nuestra preocupación es cómo hacer para que el talento de los próximos 40 años quiera trabajar en esos espacios porque va a ser una lucha encarnizada con el resto de Europa, no nos cabe ninguna duda. Las matemáticas son muy simples: crece la necesidad de determinados perfiles y mengua la capacidad de suministrar otros.

- ¿Aprecia un desajuste entre las necesidades del mercado y los perfiles que forma la Universidad?

-Lo que hay es un déficit de producción de talento. Nos gustaría que salieran más alumnos del campus universitario y que haya más de la rama científica, no tanto en Ciencias Sociales que tienen más grado de desempleo y menos capacidad de absorción por todos estos espacios de trabajo. Necesitamos más de disciplinas científicas y dentro de eso que la Universidad sea capaz de desarrollar cursos de especialización más pegados a las necesidades de las empresas. Pero lo fundamental es que hacen falta más personas, luego ya nos apañaremos. Ahora hay un desajuste entre necesidades de mercado y la capacidad de producción del talento que se necesita.

- ¿Se está adaptando a ello la institución?

-Sí. La Universidad se está reciclando, a duras penas, y con las limitaciones de la gestión administrativa pero se está tratando de ajustar al tipo de conocimiento que necesitan las empresas.

- ¿Los que se quedan tienen posibilidad de hacer carrera profesional desde Asturias o toca trabajar en revertir la fuga de talentos?

-Hay que atraer talento de todas todas: de aquí, que significa retener y de fuera, que significa captar. En todo caso, es la misma misión y hay que tener espacios de trabajo y el suficiente dinamismo empresarial (con muchas empresas haciendo cosas potentes no para Asturias sino para el mundo) y eso lo tienes que conseguir. Luego que seas lo suficientemente atractivo en alguna rama. Hoy por hoy ocurre en el sector digital. Las empresas se pegan por los perfiles marketing digital, análisis de datos, inteligencia artificial, big data, realidad virtual.... Quien quiera trabajar en Asturias en ese sector tiene trabajo porque no se cubren todas las expectativas del sector. Luego si vamos a ingenierías más clásicas la gente está encontrando atracción en otros entorno, por ejemplo Alemania, que es un caladero para nuestros ingenieros metalmecánicos o industriales a quienes les ofrecen condiciones de trabajo muy buenas.

- ¿Hacen falta más grados de ingeniería en el campus?

-Lo importante es que la Universidad tenga la capacidad para moverse rápido. El año pasado fue Organización Industrial, este año estamos trabajando por Ingeniería de Datos y dentro de dos años será otra cosa. No importa tanto qué grado porque van a tener que adaptarse.

- La innovación abierta es una de las banderas de todos los espacios de la Milla.

-Sí. Nosotros la innovación abierta la aplicamos en todos los órdenes. Por ejemplo con la Universidad lo tenemos desarrollado a través de las cátedra Medialab, Xixón Sostenible, Smart City pero de alguna manera necesitábamos un espacio en la Universidad que fuera muy adaptable a distintas ramas. Innovación abierta también estamos haciendo con el hospital de Cabueñes y con el Principado a través del Idepa. Dentro de la propia ciudad lo hacemos en proyectos de movilidad, eficiencia energética, sostenibilidad ambiental... son todo proyectos de innovación abierta aplicados a las cosas que ocurren en la ciudad.

- Más objetivos para 2019.

-En el fomento de la innovación hemos estado trabajando con Laboral Centro de Arte y queremos continuar con esa línea, consolidando la innovación abierta tanto con el hospital como con la Universidad y el resto de la sociedad gijonesa. Fuimos la primera entidad en poner en marcha la compra de innovación. Y tenemos un reto que es cómo gestionar más eficazmente los datos internos y externos de todo el sector económico de la ciudad de manera que tengamos más controladas las microtendencias que ocurren en empleo, en sectores que están creciendo y también desarrollar escenarios de proyección sobre cómo afectan determinados incentivos económicos, simulando qué va a ocurrir.

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