La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Trágico inicio de año en la ciudad

Saber reaccionar ante un ahogamiento "triplica las probabilidades de sobrevivir"

"Hay que liberar la vía respiratoria antes de dos minutos", aseguran los expertos, que alertan sobre la ingestión de frutos secos, caramelos o pequeñas frutas

Saber reaccionar ante un ahogamiento "triplica las probabilidades de sobrevivir"

Ante una situación de ahogamiento, lo más importante es saber reaccionar. Así lo aseguran médicos expertos, que enfatizan además que realizar correctamente las maniobras de desobstrucción o reanimación cardiopulmonar antes de que llegue la ambulancia triplica las posibilidades de sobrevivir ante un caso de asfixia como el que le costó la vida al pequeño Thiago Leonel Guamán, de 3 años, que falleció en Nochevieja al atragantarse con una uva.

"Mucho más importante que controlar lo que comen los niños es saber cómo actuar si se atragantan", explica Marta Nonide, médica del SAMU e instructora de soporte vital básico, que ahonda: "Hay que aprender a hacerlo de antemano, porque si no, con los nervios del momento, no vas a saber cómo realizar las maniobras". Esencialmente son dos: la maniobra de Heimlich, de compresión abdominal para desobstruir las vías respiratorias, y, en caso de que ésta falle, la reanimación cardiopulmonar.

Cuando un objeto extraño queda atrapado de forma accidental en las vías respiratorias altas, cerrando la entrada de aire a los pulmones, lo primero que hay que hacer, tras avisar el 112, es conseguir que la persona que se está ahogando tosa, para expulsar el objeto que dificulta la respiración. Tras ello, se aconseja dar golpes en la espalda con el mismo fin. Si aun así no se consigue desobstruir la vía, se ha de proceder a realizar la maniobra de Heimlich. Y, si no consigue expulsar el objeto y por falta de oxígeno la víctima se desmaya, es primordial comenzar a realizar la RCP y mantenerla hasta que lleguen los equipos de emergencias. "No podemos dejar que el corazón deje de latir y tenemos que conseguir que el oxígeno siga llegando al cerebro", ahonda Nonide.

La médica explica que, "si no sabemos realizar las maniobras, debemos dejarnos guiar por el centro de emergencias, que nos dirán cómo hacerlo", y enfatiza: "Hay que liberar la vía respiratoria en los primeros dos minutos", antes incluso de la llegada del SAMU. Nonide, no obstante, deja un mensaje de confianza: "Si las maniobras son correctas, se consigue que más de un 70% de las víctimas sobrevivan", gracias al trabajo de los servicios médicos con el material adecuado.

Por todo ello, Nonide hace un llamamiento a que se enseñen este tipo de maniobras en todos los centros educativos o deportivos. "Nos puede pasar a cualquiera y en cualquier momento, por eso tenemos que saber cómo reaccionar para poder salvar vidas", zanja.

Los niños, más propensos

Los expertos afirman que los niños y los ancianos son los colectivos más propensos a sufrir este tipo de situaciones. Según explica Corsino Rey, jefe de la UVI pediátrica del HUCA, "en los niños menores de 7 años, y especialmente en los menores de 2 años, la laringe tiene forma de embudo, con la sección más estrecha hacia abajo, lo que hace que sean más vulnerables a la obstrucción de la vía aérea de forma completa cuando un cuerpo extraño penetra en ella".

Por ello, además de saber actuar cuando ocurra, es importante también realizar una labor de prevención y vigilancia para que estas situaciones no lleguen a darse, sobre todo entre la población infantil. Así, Rey aconseja mantener objetos que puedan causar asfixia fuera del alcance de los bebés y los niños pequeños. Entre ellos, piezas pequeñas, juguetes que pueden caber en la boca de un niño, monedas, botones, pelotas, canicas, globos, lazos de pelo, tapas de bolígrafos, tapas de botellas, baterías o pilas tipo botón, imanes para nevera o alimentos para perro. Aunque, enfatiza Rey, "los alimentos causan más del 50% de los episodios de asfixia".

Los expertos aconsejan cortar los alimentos en pedacitos que no excedan 1,5 centímetros, además de instruir a los niños acerca de la necesidad de masticar bien los alimentos. Pero también, enfatiza el pediatra, "es importante la supervisión a las horas de las comidas insistiendo en que los niños estén sentados mientras comen, que no estén jugando, corriendo o acostados".

En cuanto a los alimentos más problemáticos para los niños pequeños, especialmente los menores de 4 años, Rey desglosa "frutos secos, trozos de carne o de queso, uvas o cerezas enteras, trozos de manzana, caramelos duros o pegajosos, palomitas de maíz o trozos de verduras crudas".

Causa de mortalidad

Por su parte, María José Villanueva Ordóñez, médica del SAMU con una dilatada experiencia formativa y pedagógica, remarca que "es importante reaccionar de modo rápido" ya que la asfixia "es una causa importante de mortalidad en edad pediátrica". Para poder reaccionar correctamente, es importante saber reconocer los síntomas de un ahogamiento, sobre todo en niños pequeños, que tienen menos capacidad de expresarse. Villanueva enumera, en función de la gravedad del ahogamiento, la tos, "que es un mecanismo para intentar expulsar el cuerpo extraño", el color azulado de labios y cara, la imposibilidad de hablar y, en los casos más graves, la pérdida de conocimiento y la parada cardiorrespiratoria y la muerte por asfixia.

Para evitar llegar a tal extremo, los médicos insisten en la necesidad de mantener la calma, avisar de inmediato al servicio de emergencias y, antes de su llegada, comenzar a realizar las maniobras más sencillas para evitar que al ahogado le falte el oxígeno, lo que podría tener unas consecuencias fatales. En una situación trágica como la sufrida la pasada Nochevieja en una familia gijonesa, cada segundo cuenta para poder salvar una vida.

Compartir el artículo

stats