La parroquia de San Esteban del Mar, en el barrio de El Natahoyo, se quedó pequeña esta tarde para rendir homenaje a Thiago Leonel Guamán Bustos, el niño de tres años que falleció en Gijón esta pasada Nochevieja tras atragantarse con una uva en presencia de su familia. De hecho, muchos fueron los familiares, amigos y compatriotas del pequeño y su familia que tuvieron que seguir de pie, al fondo de la iglesia, el funeral oficiado por el jesuita José Alonso Rodríguez.

La misa comenzó a las cinco y media de la tarde. Los familiares del pequeño, especialmente su madre Viviana Bustos y su hermano Kevin Alexis, recibieron los abrazos, condolencias y muestras de cariño de decenas de personas, entre ellos profesores y alumnos del colegio Atalía, donde el pequeño cursaba infantil de tres años desde el pasado septiembre. Junto a ellos, durante el funeral, estuvieron también un gran número de compatriotas ecuatorianos para despedir al pequeño Thiago Leonel Guamán, que en el día de ayer fue incinerado. Sus cenizas estuvieron presentes durante la misa y fueron bendecidas con agua al término del oficio religioso.