Una despedida a su medida: discreta, sin sobresaltos y con un trabajo de continuidad para que todo siga marchando como hasta ahora. Así está siendo el adiós de Luis Manuel Flórez, Floro, de la presidencia de Proyecto Hombre después de tres largas décadas en las que puso en marcha y dio continuidad a la atención normalizada de las personas con problemas de dependencias. Julio Jonte le sustituye ahora, un fiel escudero con dos décadas largas de experiencia en la casa, curtido desde la base, con el voluntariado, y formado concienzudamente para hacerse cargo ahora de la presidencia de la entidad.

"Solidez en el apoyo económico y paciencia para desarrollar nuestros proyectos pensando en el largo plazo" son las principales peticiones del nuevo presidente para la etapa que ahora se abre en Proyecto Hombre, una época de transición que cuenta con la tutela de Floro hasta finales del próximo verano, cuando "me jubilaré laboralmente". De todos modos, promete seguir al pie del cañón en todo lo que la casa necesite, porque entre otras cosas, seguirá vinculado al Patronato y al voluntariado.

Sobre la mesa, además, grandes retos que afrontar. El que Julio Jonte apunta en primer lugar es la atención a menores y jóvenes y sus familias dentro del programa "Reciella". En apenas tres años Proyecto ha pasado de atender a una treintena de personas a dar cobertura a más de 200 en toda Asturias, por lo que "urge mejorar la atención, y urge poner el foco sobre el consumo del hachís, que es una cuestión muy importante y muy minimizada", lamenta el nuevo presidente.

En este sentido, destaca cómo "los jóvenes ven como más nocivo el tabaco que el hachís, y la realidad es que estamos empezando a atender casos en los que el consumo de esta sustancia empieza a estar vinculada a problemas de salud mental, de atención y de desarrollo cognitivo". Tanto han aumentado los casos de adicciones entre los más jóvenes que Proyecto Hombre se plantea generar un espacio físico específico en sus instalaciones de El Natahoyo al margen de los adultos para dar cobijo a los menores y las familias que demandan ayuda.

Otro de los grandes caballos de batalla de los próximos años en Proyecto Hombre será el de las "adicciones sin sustancia", como el juego, las nuevas tecnologías o incluso las compras. "Los perfiles van cambiando, y por lo tanto también es necesario que cambiemos las personas", reflexiona Floro.

Atrás en el tiempo quedaron los primeros pasos en un local de La Algodonera, en La Calzada, o en el antiguo Matadero Municipal, cuando la heroína hacía estragos. Un largo camino que ha desembocado en las nuevas instalaciones en un barrio que "nos quiere y nos valora" y desde el que Proyecto seguirá guiándose por su máxima de "atender a las personas que necesiten de nuestra ayuda". Porque Floro fue el alma del proyecto y "costará desvincular su figura de él", reconoce Jonte. Pero la máquina está engrasada y "el tren tiene que seguir en marcha, da igual quién conduzca la locomotora".