Unas obras de carácter menor que lleva a cabo Tragsa en la actualidad por un montante económico de 285.000 euros y que finalizarán a principios del mes de febrero marcarán la puesta a punto del demandado colector industrial de Gijón, una instalación que podría entrar en funcionamiento de manera efectiva el próximo verano, tras unos meses de prueba, y que ha supuesto una inversión de 24.752.000 euros con cargo a las arcas de la administración regional.

Se trata de una actuación que desde la consejería de Infraestructuras consideran "medioambientalmente muy relevante" y que resolverá los problemas de vertidos de la gran industria radicada en la zona occidental del municipio, con la factoría de Arcelor Mittal a la cabeza, cuyas instalaciones quedarán conectadas al nuevo sistema de saneamiento, del que también se beneficiará el vecino concejo de Carreño.

Con la reciente inauguración del colector de la ría de Avilés, el de la factoría papelera de Ence, en Navia y el que se ultima en Gijón, el Principado da por concluida una red necesaria para el tratamiento de aguas industriales en cumplimiento de las obligaciones establecidas por distintas directivas de la Unión Europea.

Las instalaciones principales de depuración de la zona oeste de Gijón se engloban actualmente en torno a la estación depuradora de La Reguerona, las cuales reciben la mayor parte de su caudal desde la estación de pretratamiento de La Figar, que se encuentra a la entrada del puerto de El Musel. La Reguerona vierte sus aguas al mar a través del emisario submarino de Aboño.

El sistema de saneamiento de los ríos Aboño y Pinzales, en el que se integra el nuevo colector, incluye dos líneas de saneamiento independientes: la de aguas residuales urbanas y la de aguas residuales industriales. La segunda cuenta con los colectores de ambos ríos y con la estación de bombeo Aboño-Zalia, desde donde las aguas industriales son impulsadas a la salida de La Reguerona, a la cámara de carga del emisario.

El sistema de saneamiento de aguas industriales que existe dentro de la factoría de Arcelor está formado por cinco arquetas de control y por tres estaciones de bombeo. El colector del río Pinzales, de 4.230 metros de longitud, integra dos de las estaciones de bombeo (Central Eléctrica y Cantera Dolomía) y las cinco arquetas, todas ellas con medidores de PH y conductividad; mientras que el colector del río Aboño, de 2.960 metros, recoge en la restante estación (la de Altos Hornos) los efluentes industriales del Alambrón y el Horno Alto. Esta estación integra los elementos de control de caudal y contaminación y dispone de compuertas de aislamiento de colector de alivio al río, equipado con una clapeta antirretorno, sumergida en aguas altas, que funciona como obturador y cierra el paso, por gravedad, cuando el fluido circula en la dirección no deseada.

La estación de Central Eléctrica dispone de dos líneas de bombeo. La de aguas industriales recoge los efluentes incorporados desde las arquetas de control de Arcelor denominadas "Chapas Estructurales" y "Acería", que corresponden a dos distintas instalaciones de la factoría siderúrgica. La línea de bombeo de aguas residuales urbanas recoge, por su parte, los efluentes generados en la Zona de Actividades Logísticas (Zalia) y el polígono de Somonte. Ambas líneas de bombero son independientes desde el punto de vista hidráulico, aunque comparten servicios auxiliares, como la acometida eléctrica, el sistema de elevación de cargas y el sistema neumático que gestiona el alivio de la instalación.

La línea de aguas industriales está equipada con cuatro equipos de bombeo capaces de elevar de forma conjunta hasta 440 litros por segundo. Los equipos de bombeo, que disponen de arrancadores progresivos, tienen un peso aproximado de 460 kilos y disponen de un paso de sólidos de 125 milímetros y camisa de refrigeración.

Para el bombeo de las aguas industriales de Altos Hornos, el consumo se estima en 21,60 kilovatios/hora por equipo. Para un caudal medio de 50 litros por segundo (1.576.800 metros cúbicos al año), el consumo energético de las instalaciones se situaría en 97.750 kilovatios al año. En coste, 9.7750 euros anuales. La alimentación eléctrica se realiza desde la red de Arcelor.

El nuevo sistema de aguas residuales industriales de la zona oeste de Gijón evitará situaciones como la vivida en 2014, cuando vertidos contaminantes desde la factoría siderúrgica al río Aboño supusieron una multa de 1,28 millones de euros a Arcelor-Mittal, después de que el Tribunal Supremo rechazara el recurso interpuesto por la multinacional contra la sanción que le impuso en 2016 el Consejo de Ministros, a raíz de los análisis efectuados por la Confederación Hidrográfica del Cantábrico. Algunos de las muestras se tomaron donde se vierten las aguas procedentes de la depuradora que trata el lavado de gases de los hornos altos y las procedentes de la depuradora de los trenes de carril, chapa gruesa y alambrón.