Pese a que el aumento de pacientes en Cabueñes ha obligado a la gerencia a reabrir su planta cerrada desde el verano, el personal médico explicó ayer que el pico gripal que suele acechar a la sanidad asturiana por estas fechas todavía no ha llegado. "Hasta ahora los casos de gripe han sido anecdóticos. Falta saber si eso se debe a que las temperaturas este año han tardado más en bajar o si, como ya pasó en más de una ocasión, la campaña de vacunas ha resultado más efectiva", explicó el personal de Urgencias.

Las patologías que más problemas están creando al hospital son las infecciones respiratorias (típicas de los meses fríos) y los problemas estomacales. En el primer caso, lo más común es que el paciente acabe por coger el llamado virus respiratorio sincitial, una enfermedad leve que presenta síntomas muy similares a los de un resfriado común (congestión, mal estar general, tos y algo de fiebre) y que, hace unas semanas, cuando empezó a manifestarse, hizo pensar a los médicos que el virus de la gripe llegaría a la ciudad poco después de la Navidad. No ha sido así. "El año pasado por estas fechas ya llevábamos varias semanas con muchos casos gripales y de momento está siendo el último de nuestros problemas", reconocieron los trabajadores. Los problemas estomacales, por su lado, se presentan estos días en Cabueñes con numerosos casos de gastroenteritis y diarreas agudas, según explicaron ayer desde el servicio de Urgencias.

Los sindicatos, por su lado, incidieron en que "las decenas de ingresos diarios" que el hospital gijonés recibe en las últimas semanas obligan a instalar camas supletorias por tratarse de pacientes con patologías "muy complicadas". "Nos preocupa el número de ingresados pero, sobre todo, su mal estado de salud. A una enfermera le cuesta más cuidar de diez pacientes muy enfermos que de veinte pacientes que se valen por sí mismos", recalcaron.