Casi tres años más tarde, la meta está más cerca. El circuito de "pump track" (bici extrema) aprobado en los presupuestos participativos del año 2016 podría ver la luz antes de que finalice este mes de enero. Al menos, así lo solicitan los responsables vecinales del Polígono, donde se está construyendo, que aplauden el buen ritmo que llevan las obras.

La instalación, situada entre las calles Puerto de Vegarada y Príncipe de Asturias, ya tiene gran parte de los trabajos adelantados. "Están ya regando para asentar la tierra y en los próximos días comenzarán a asfaltar", explica Manuel Cañete, presidente de la Asociación de Vecinos "Evaristo San Miguel" del Polígono. Tras ello, únicamente quedaría rematar el proyecto, con otras cuestiones menores como el alumbrado, la colocación de instalaciones accesorias como una fuente o alguna instalación que sirva para poder dejar los objetos personales mientras se realiza ejercicio.

También falta por concretar una barrera de protección entre el circuito y la calle Príncipe de Asturias, que ejerza como protección física pero también visual del circuito.

No obstante, lo que más se aplaude en el barrio, es que los constructores, la empresa asturiana Pavitek, "están atendiendo al grupo de trabajo del barrio", formado por jóvenes vecinos, implicados en el proyecto y conocedores del deporte. Son ellos quienes "asesoran, ayudan y aconsejan" sobre cómo se ha de realizar el trazado o los saltos.

El proyecto, que tenía 45 días para su construcción y contaba con un presupuesto de 60.000 euros enfila por fin sus últimas pedaladas. "Solo pedimos que lo acaben de una vez por todas, y que lo acaben bien", solicita Cañete, que confía en que pueda ser antes de que finalice este mes.

Para entonces, ya solo quedaría por hacer la otra mitad de la parcela, que no entra en este proyecto y debería ser incluida, de cara al futuro, en otros presupuestos. "Lo ideal sería rematar el entorno con otras instalaciones deportivas o del mundo de la bicicleta", explica Cañete. Eso será más adelante. Antes queda por concretar el final de unas labores que deberían haber empezado en el año 2016, con su aprobación en los presupuestos participativos.